La tradición ofrece cosas a las que la tecnología jamás soñará con llegar. Pero el progreso puede facilitar las tareas para conseguir el resultado deseado. La agricultura se está modernizando a pasos agigantados y muestra de ello es la cantidad de herramientas que hacen de las labores del campo algo mucho más sencillo que antaño. El tractor fue una auténtica revolución y en los últimos años ha llegado otra al mismo nivel: las motoazadas. Esta máquina, cada vez más ligera, permite ejecutar los trabajos de la tierra sin tener que sufrir por los riñones. Al menos, no tanto como antes. Las jornadas interminables de sol a sol han pasado a la historia con este artefacto, capaz de facilitar la tarea hasta extremos insospechados. Un auténtico soplo de aire fresco para el sector que cada vez cuenta con más adeptos entre quienes tienen pequeños terrenos o poseen propiedades en zonas a las que un tractor ni tan siquiera sueña con acceder.

Las motoazadas y los motocultores son herramientas diseñadas con un propósito tan sencillo como beneficioso para el que trabaja: alcanzar el mismo objetivo en menos tiempo y con la mitad de esfuerzo. Su ligereza y la facilidad para la conducción hacen de esta máquina un imprescindible para las tareas del campo. Además, tienen la capacidad de transformarse con complementos que hacen que el mismo amasijo sirva para diferentes trabajos dentro del campo. Su polivalencia y versatilidad es la envidia de cuantos avances ha observado la agricultura a lo largo de las últimas décadas. Y, por supuesto, es el mejor aliado del pequeño campesino, el que lo hace por afición o por jubilación. Con esta máquina, la pereza se transforma en ambición por terminar cuanto antes para poder ver los resultados en la tierra.

Motoazadas hay de todos los tamaños, pero es verdad que cada vez más los desarrolladores se esfuerzan por hacerlas más ligeras, de manera que su manejo sea menos complicado para todo el mundo. Igualmente, la transformación verde ha llegado también a esta maquinaria. Si antes era impensable conseguir un motocultor que funcionara sin gasoil, ahora es frecuente encontrar modelos eléctricos que, con una simple carga, hacen las mismas funciones.

Con todas estas facilidades, el que se desloma es porque quiere. El progreso del campo es imparable y cada vez son más los nuevos inventos que hacen la vida agraria mucho más fácil que antes. De hecho, las herramientas son prácticamente incontables y todo para tener la tierra en las mejores condiciones. Ahora, que es época de siembra para los huertos, la ayuda de la tecnología se convierte en imprescindible. Y es que son demasiadas las cosas que ofrece el progreso como para no tomarlas en la consideración que se merece.

La agricultura, probablemente, vive una segunda revolución industrial, aunque ahora centrada en los pequeños objetos, que son al fin y al cabo los que permiten hacer la vida más fácil a todo aquel que ha decidido hacer de la tierra su quehacer diario. Pero eso no quiere decir que la tradición haya dejado de ser importante, algo que saben bien quienes trabajan a pie de terruño en la provincia de Zamora. El sabor de lo de siempre debe estar presente ocurra lo que ocurra, pero todo es más sencillo con la ayuda que siempre brindan las nuevas tecnologías agrarias.