El sacerdote Emilio Santiago Lorenzo ha dejado este mes su labor como capellán del cementerio. Con 89 años se despide de este intenso trabajo de acompañamiento a los feligreses que han perdido a sus familiares, a los que consolaba durante los responsos que oficiaba en la capilla del cementerio de San Atilano.

El párroco ha realizado una gran labor no solo en el camposanto zamorano durante casi medio siglo -desde 1973-, sino también en otras parroquias de la provincia e incluso como capellán en la Cofradía de Jesús Nazareno.

A los sacerdotes de la diócesis ya se les ha remitido una carta por parte del Obispado donde se les anuncia que, a partir de ahora, serán los curas de las parroquias de los difuntos los que tengan que acudir al cementerio a acompañar a sus familiares para rezar el correspondiente responso, si así se solicita.