Industrias Cárnicas Pascualín es la historia evolutiva de un éxito empresarial en el medio rural de Castilla y León, concretamente en Zamora. En la década de los 50 del pasado siglo, Manuel Ballesteros, junto a su mujer Petra comenzaron esta aventura, con un establecimiento, en Tábara, en el que se ofrecían productos alimentarios de la provincia. Cuarenta años más tarde, ante el incremento en la demanda de carne y embutidos de la Sierra de la Culebra, entre ellos los derivados de la vaca (chorizo, cecina, chuleteros…), la empresa comenzó a dar servicio a toda la comunidad autónoma.

Fue en la década pasada cuando Carnicería Pascualín ampliaba sus instalaciones y abría una nueva sala de despiece para poder afrontar la demanda de los clientes, y donde se preparan las canales de las diferentes especies con las que trabaja la industria cárnica. En 2016 abría tiendas en Zamora y Monfarracinos.

El Grupo Pascualín, en su línea de agricultura y ganadería ya cuenta con 350 hectáreas de secano y regadío, donde producen forrajes, cereales y pastizal. Todos esos productos son ensilados y almacenados en las nuevas instalaciones ganaderas con que cuentan -han ampliado de 2.500 a 5.500 metros cuadrados- para albergar más de 2000 ovejas de raza castellana, especie en peligro de extinción, siendo una de las ganaderías más importantes de España de oveja castellana. Entre sus singularidades está el disponer de dos líneas de producto ovino: lechazo y cordero de la Sierra de la Culebra. Ambos cuentan con un etiquetado que marca la diferencia, según sus productores.

En la actualidad Industrias Cárnicas Pascualín, que cuenta con una plantilla que varía entre las trece y las 16 personas -conforme a picos de productividad-, surte carne a más de 80 restaurantes selectos, además de carnicerías y distribuidores de todo el territorio nacional.

Digitalización como fórmula para paliar la caída en el consumo

La incidencia de la COVID-19 en una empresa como ésta ha sido evidente. Por ello, el grupo ha tenido que replantearse todo este año, porque eventos como bodas y otras actividades se han pospuesto, en ocasiones sine die, por la pandemia, por lo que se ha requerido en menor medida de sus productos. “Sin embargo -detalla José Manuel Ballesteros, socio de la pyme-, queremos llegar al mayor número de casas en el ámbito nacional, algo que es muy posible”. Una apuesta real que se está haciendo efectiva a través de su canal online, su apuesta por el e-commerce.

Esa digitalización, según explica, ha sido factible gracias a estrategias de marketing online y su inversión en diseño e imagen, con vistas a agilizar la venta al consumidor.

Crecimiento de la empresa

“Nuestro crecimiento en esta tercera generación de la empresa ha sido posible con la ampliación de nuestra sala de despiece y la apertura de los puntos de venta en Zamora y Monfaracinos, además de la apuesta por la ganadería de la zona de la Sierra de la Culebra”, explica José Manuel Ballesteros, socio de esta pyme junto a su hermano Ricardo. “Somos dos personas jóvenes que hemos puesto muchas ganas y hemos hecho inversiones importantes, para lo que hemos necesitado financiación, y ahí han estado las entidades bancarias e Iberaval”.

Al respecto, Ricardo Ballesteros indica que “la inquietud de la tercera generación ha sido el crecimiento de nuestra empresa, ofreciendo una calidad excelente en nuestros productos y siempre respetando nuestro entorno, defendiendo nuestro medio rural e intentando generar trabajo en él”.

Industrias Cárnicas Pascualín, de hecho, se ha convertido en una agente clave para mantener la actividad en el entorno de la Sierra de la Culebra: “queremos evitar que futuras generaciones emigren a las capitales, porque nuestro empeño es dar a conocer nuestros orígenes y la zona, que es, por cierto, una de las mejores de España para la cría de todo tipo de ganado y dar oportunidades laborales en ella”, sentencia José Manuel Ballesteros.

Respaldo financiero

En este contexto, indica que “con la ayuda de Iberaval, venimos manteniendo una línea de financiación y de esta manera hemos dado seguridad a nuestros proveedores ganaderos de la Sierra de la Culebra, que tienen tranquilidad en los pagos de la compra de animales”.