El Estado ha dejado de ingresar en Zamora casi seis millones de euros correspondientes a los diferentes impuestos de la actividad económica. El frenazo en seco del consumo y el empleo ha mermado la recaudación de las arcas públicas en casi un 44% respecto al año 2019. Los meses de estado de alarma han sido una auténtica losa para las cuentas de la Agencia Tributaria, aunque también han entrado en juego otro tipo de factores como las moratorias para el pago de tributos. Durante abril y mayo, la provincia de Zamora pagó al Estado 7,4 millones de euros. En las mismas fechas del pasado curso, esa cifra ascendió hasta superar los 13 millones de euros.

Los números de la pandemia han sido recogidos por Ical en base a los informes de la Agencia Tributaria. En ellos, se pone negro sobre blanco que el Estado recaudó en Castilla y León durante los meses de abril y mayo 327 millones, lo que supone un desplome del 38% respecto a los mismos meses del año anterior. Por provincias, tan solo Ávila y Valladolid han reducido más su contribución a las arcas públicas que Zamora. En líneas generales, todos los territorios de la comunidad se mueven entre un 20 y un 40% de reducción en la recaudación. No obstante, fuentes de la Agencia Tributaria han advertido de las “fluctuaciones” en las comparativas mensuales autonómicas porque pueden darse “circunstancias no homogéneas”. Tal es el caso de las devoluciones masivas o los pagos pospuestos. Por eso, la recomendación es analizar las cifras acumuladas de los cinco primeros meses del año, que también arrojan un descenso de 103 millones de euros.

El impacto del COVID ha menguado los ingresos de todos los impuestos, desde el que grava el trabajo, a la actividad empresarial y el consumo. No ha habido distinciones y las caídas de dos dígitos han sido generalizadas. El IRPF ha permitido al Estado recaudar en los dos meses de análisis 127,5 millones de euros, que representan una caída del 19,8%. Asimismo, el Impuesto sobre Sociedades supuso unos ingresos tributarios en abril y mayo de 90,8 millones, con un desplome del 29,2%. Por lo que se refiere al IVA, tributo indirecto que grava el consumo, ha registrado un impacto demoledor, con un retroceso del 57,7% en los días de análisis, hasta un montante total de 98,2 millones, cuando un año antes permitió ingresos de 232,5 millones. En cuanto a los Tributos Especiales, su recaudación fue negativa en 2,8 millones de euros, cuando en 2019, solo lo fue en 822.000 euros.

El Impuesto de la Renta de los No Residentes ha decrecido un 16,4% durante los dos meses de estado de alarma analizados por Ical, con unos ingresos de 1,5 millones de euros. El tributo de tráfico exterior, ha sumado a las arcas del Estado 2,3 millones, con una bajada del 27,4%. Por último, el Capítulo III (tasa radioeléctrica, recargo de apremio, intereses de demora y sanciones tributarias), ha sufrido el mayor descenso porcentual entre los impuestos que recauda el Gobierno, y se ha contraído un 69,9%, hasta los 2,8 millones de euros.

La Confederación de Organizaciones Empresariales de Castilla y León (Cecale) ha denunciado que las medidas fiscales aprobadas por el Ejecutivo “han sido insuficientes y poco ambiciosas si se comparan con otros países” europeos. “Es necesario, por lo tanto, avanzar en los apoyos a las empresas mediante el sistema tributario, ampliando su alcance. En este contexto, es especialmente obligado no incrementar la fiscalidad que soportan nuestras empresas ni empresarios de forma directa o indirecta”, han expresado.