Pintura para honrar a pintores. O a poetas. O a vecinos. O, simplemente, para honrar la tradición. El muralismo está en Zamora y ha llegado para quedarse. Hace apenas unos días, la figura de Antonio Pedrero emergía sobre una fachada en las proximidades de la cuesta de La Morana. Un lugar "sin solución urbanística", decían desde el Ayuntamiento de Zamora, y que ya se ha convertido en un pequeño símbolo de la ciudad. La preconcebida acepción de "tapar agujeros" cobra con el muralismo un sentido mucho más avanzado. En realidad, se trata de dar esa "solución" a los lugares que no la tienen. Bien por incongruencias urbanísticas, bien por el paso del tiempo, bien por el abandono. Sea como fuere, la apuesta está encima de la mesa y la capital del Duero quiere convertirse en referencia de este tipo de arte.

Ramón Abrantes, Ángel Bariego o Antonio Pedrero son algunos de los rostros que ya se pueden ver a gran escala en diferentes partes de la capital. Aunque también se ha plasmado el Puente de Piedra, un ciudadano con la tradicional capa alistana o un recuerdo de lo que fueron los ochenta en forma de casete, vinilo y 'walkman'. El motivo es siempre importante, pero cuenta más lo que significa para el entorno urbano. "Tuvimos la idea tomando como referencia este tipo de arte que se ha desarrollado con éxito en localidades cercanas como La Bañeza, Astorga e incluso Salamanca", señala Pablo Novo, concejal de Barrios y principal impulsor de esta iniciativa. Aunque, en realidad, buena parte de esta iniciativa salió de la ciudadanía, como reconoce el propio edil. "Partimos de la base de los presupuestos participativos, en los que se aprobó un proyecto de muralismo para el barrio de La Lana. A partir de ahí, decidimos que sería buena idea extrapolar la idea al resto de espacios de la capital", comenta.

Dicho y hecho. En tan solo unos meses, diferentes murales han visto la luz desde San José Obrero hasta el Casco Histórico. Desde La Lana hasta Los Bloques. Desde San Lázaro hasta Pinilla. "Tenemos un objetivo ambicioso, que es el de crear diferentes rutas de murales que puedan servir como alternativa a las propuestas de turismo que ya tenemos en marcha", explica Pablo Novo. Por eso, se está trabajando en la diferenciación de "zonas, y no barrios", por los que discurran estos paseos. "Por ejemplo, el mural de Ángel Bariego en la plaza que lleva su nombre nos ha servido para trazar un eje que englobe a San Lázaro y a San José Obrero y cuyos murales estén dedicados a zamoranos ilustres, como el propio Bariego, Antonio Pedrero o Ramón Abrantes", desgrana.

Paso a paso se hace el camino y esa es la hoja de ruta del Ayuntamiento de Zamora. Por eso, Pablo Novo no quiere que exista precipitación. "Seguiremos construyendo y, cuando tengamos una base de murales importante, entonces podremos crear un paquete", concluye el concejal de Barrios.