La Consejería de Sanidad está realizando el seguimiento de cuatro zamoranos relacionados con uno de los últimos rebrotes de coronavirus en Madrid, a raíz de una cena en un domicilio particular en la que participaron ocho personas, varias de las cuales han dado positivo por COVID y los contactos directos, que suman otros 61 ciudadanos de varios puntos del país.

Según informó la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, el contabilizado como cuarto rebrote de coronavirus en la capital de España desde que se levantara el estado de alarma tuvo su origen en una cena familiar de estas ocho personas en un domicilio particular de la ciudad el pasado 4 de julio.

Cinco de los participantes en la cena dieron positivo, dos de ellos en la propia Comunidad de Madrid y tres en Galicia. Pero este brote surgido del ámbito familiar en un domicilio madrileño registra además 61 contactos que afectan a cinco comunidades autónomas diferentes puesto que tres de los positivos y dos de los contactos presentes en la cena volvieron a sus lugares de origen viajando en dos trenes, un vuelo nacional y sendos vehículos particulares. Esos contactos se encuentran identificados ya por la Comunidad de Madrid en Galicia, Castilla y León, País Vasco, Cataluña y Andalucía. Y_precisamente ayer la consejera de Sanidad de Castilla y León, Verónica Casado, desvelaba que cuatro de estos contactos, algunos de ellos presentes en la cena, residen en la provincia de Zamora. De momento se les ha hecho la prueba PCR, la que se utiliza para conocer si una persona padece la infección, aunque de momento no ha trascendido el resultado.

Según explicó Casado, varios de los participantes directos en la cena de Madrid eran de Zamora.

Es, de momento el único reflejo en la provincia de los temidos rebrotes de la enfermedad que están surgiendo en otras provincias de la comunidad autónoma y, con mayor intensidad incluso, en otras comunidades, como Cataluña o Aragón.

Mucha cautela

Por ello en su comparecencia de ayer tras el consejo de Gobierno tanto el vicepresidente regional, Francisco Igea, como la consejera de Sanidad, Verónica Casado, incidieron en la necesidad de seguir manteniendo las medidas de distancia social y el uso de la mascarilla, convertido en obligatorio, como en otras muchas regiones, para evitar que los rebrotes que se están dando por varios puntos del país se puedan reproducir también en Castilla y León.

En principio los rebrotes ocurridos hasta el momento en provincias como Soria y Valladolid están controlados, pero eso no significa que no puedan reproducirse, sobre todo en determinados sectores, como en de los temporeros agrícolas para los que se prepara un plan de contingencia especial.

El seguimiento continuo de las medidas y la evolución epidemiológica, aconsejan, asimismo, abordar la actividad agraria, teniendo en cuenta que en dichas tareas es necesaria, en determinadas épocas del año, la participación de trabajadores procedentes, en ocasiones de zonas próximas al lugar del trabajo y, en otras, por personas inmigrantes.

Temporeros

El hecho de que muchos de los rebrotes se hayan producido en España entre el colectivo de temporeros ha aconsejado a la Junta la adopción de medidas que garanticen, en todo lo posible, su seguridad y, en consecuencia, la de toda la población. Se ha de cumplir con la distancia de seguridad interpersonal de, al menos, 1,5 metros y con el uso de mascarilla durante su actividad, salvo si es al aire libre.

Si la persona empleadora facilita el alojamiento, éste contará con las medidas higiénicas básicas, incluyendo agua corriente, fría y caliente, cocina, aseo y también deberá disponer de dependencias que permitan el aislamiento de enfermos o cuarentena de sospechosos o contactos si así se precisase.

Estos trabajadores han de evitar, en la medida de lo posible, el uso de equipos y dispositivos que hayan sido utilizados en la jornada de trabajo por otro trabajador, salvo que estén desinfectados; en caso contrario es recomendable lavarse las manos con agua y jabón o geles hidroalcohólicos o desinfectantes antes y después de cada utilización. Las cuadrillas serán de un máximo de diez personas, y a poder ser, siempre las mismas para evitar contagios.