Los equipos directivos de los centros escolares están "superados" por la responsabilidad de las medidas a adoptar para frenar la propagación del COVID-19 entre los estudiantes. Así lo aseguran desde la rama sanitaria del sindicato Comisiones Obreras, que también asegura que el protocolo de prevención y organización ha sido "la gota que ha colmado el vaso". Dicho protocolo obliga a los equipos directivos a conformar un "equipo coordinador" de las diferentes medidas a desarrollar relacionadas con la crisis del COVID-19. "Les obliga a establecer medidas de todo tipo para las que no cuentan con la formación ni con los conocimientos suficientes", resume el sindicato.

Entre las propuestas que se tienen que elaborar por parte de este equipo coordinador están las medidas de seguridad y las de higiene para profesores y estudiantes, los criterios para la utilización de espacios del centro, para la distribución de horarios -acceso, salida o recreos- o para el agrupamiento de alumnos -aulas, comedores y espacios como salones de actos-. "Los equipos directivos no están preparados para tomar estas decisiones", aseguran desde CC OO.

"Además, deben hacerlo en un periodo de tiempo en el que aún se encuentran sobrepasados por las medidas que se les han exigido en cuanto al cierre de curso, y después de un último trimestre en el que la tónica ha sido la descoordinación y la toma de decisiones tardías por parte de la administración. Pero no solo tienen que elaborar un plan de contingencia y uno de digitalización, sino que sin la formación suficiente y necesaria deben proporcionar información y facilitar la adquisición de conocimientos sobre las medidas de prevención e higiene a toda la comunidad educativa", aseguran desde el sindicato. Comisiones Obreras exige a la Consejería de Educación "capacidad de liderazgo, de gestión y de asunción de responsabilidades frente al COVID, y no la mera delegación en los equipos directivos de nuestra comunidad".

El protocolo insiste en que, salvo que la evolución de la pandemia lo impida, el curso comenzará en septiembre de manera presencial. En primer y segundo ciclo de educación Infantil y para el primer curso de Primaria los centros deberán constituir grupos estables de convivencia, con un máximo de entre 22 y 25 alumnos por aula, que estará formado por los propios estudiantes y por su profesorado. Entre los diferentes grupos de convivencia no habrá interacción, de manera que los espacios comunes se utilizarán en diferentes horarios para que estudiantes y profesores eviten al máximo el contacto físico. De esta manera, el movimiento dentro del aula será libre, sin tener que cumplir la restricción de un metro y medio entre personas ni el uso de mascarilla. Entre alumnos de diferentes grupos sí se deberán guardar medidas de seguridad.