El confinamiento impuesto por el Gobierno ha servido para descubrir una Zamora sin apenas coches, con un fuerte incremento del uso de transportes alternativos como la bicicleta y calles que han quitado espacio a los vehículos para dárselo a los peatones. Una ola de la que el Ayuntamiento de Zamora no se quiere bajar y que aprovechará para apostar, de manera decidida, por un modelo de ciudad más sostenible. Los planes son ambiciosos. La nueva propuesta de movilidad en la que trabaja la Concejalía de Urbanismo toma como ejemplo a Pontevedra para diseñar un núcleo urbano en el que el protagonista sea el viandante, acompañado de otros tipos de medios no contaminantes. El motor tiene cada vez menos cabida en esta idea de capital y por eso se acometerán cambios drásticos para revolucionar la ciudad como hasta ahora se la conoce.

“No es que la pandemia haya modificado el paradigma de ciudad, sino que ha reforzado la idea de que una ciudad más sostenible es posible”. El concejal de Urbanismo, Romualdo Fernández, reconoce que el confinamiento ha servido para que la ciudadanía tome consenso de que el espacio público debe ser cada vez más para los peatones en detrimento de los vehículos. El ejemplo más claro, de hecho, fue el cierre parcial al tráfico de la avenida del Mengue durante los fines de semana del estado de alarma, lo que permitió ver una estampa de paseantes invadiendo una superficie hasta el momento reservada en exclusiva para los conductores. “El COVID nos ha hecho visualizar algo hasta ahora desconocido y por eso es necesario abordar la situación cuanto antes”, señala el edil.

Una de las medidas que se encuentran encima de la mesa del Ayuntamiento de Zamora es la de la Ciudad 30. Este elemento, designado así desde la Dirección General de Tráfico, es un planteamiento que defiende la reducción de la velocidad a 30 kilómetros por hora de todo el tráfico rodado urbano y que ya se aplica en no pocas ciudades en el conjunto del país, mientras que en Europa ya es tendencia desde hace años. En Zamora, estiman desde la Casa de las Panaderas, se dan las condiciones perfectas para poder poner en marcha este plan y conseguir así los importantes beneficios que reporta; el más importante de ellos, la minimización de la gravedad de los accidentes a esa velocidad. Por esta razón, los entornos de los colegios zamoranos podrían ser los primeros lugares en aplicar esta medida, aunque la tendencia progresiva de la capital sería a la implantación en el conjunto del núcleo urbano, como así defienden desde la Dirección General de Tráfico.

Pero esta no es el único planteamiento de ciudad sostenible. Al contrario, el objetivo es reducir a la mínima expresión el impacto negativo que los vehículos trasladan a la ciudad y por eso existen una serie de medidas en estudio para reducir la circulación dentro del espacio urbano. Entre ellas, por ejemplo, se encuentra la eliminación de aparcamientos en el centro y su traslado a las afueras para evitar así el denominado “tráfico flotante”, que no deja de ser toda esa batería de vehículos que da vueltas por las calles con la esperanza de encontrar un sitio para estacionar. Una práctica “molesta y nociva” a partes iguales que se pretende erradicar.

Hace apenas unos días, la Junta de Castilla y León daba el visto bueno al plan de acción en materia de contaminación acústica dentro del municipio de Zamora y es en ese documento donde se encuentran las medidas más drásticas para esta nueva idea de ciudad. Pantallas de protección acústica, limitación de circulación nocturna y fomento de vehículos híbridos o eléctricos son algunas de las cuestiones que están encima de la mesa. Sin embargo, el Ayuntamiento de Zamora quiere ir más allá y apostar por una “racionalización del espacio público”. De esta manera, la vía sería la de introducir carriles compartidos, aumentar las peatonalizaciones lejos del Casco Histórico y fomentar el uso de las bicicletas o patinetes como alternativa al vehículo a motor. “Queremos que nuestros ciudadanos encuentren medios de transporte alternativos más interesantes que el coche y por eso estamos trabajando en una propuesta de movilidad que le dé la vuelta a esto”, concluye Fernández.

Un núcleo que se atraviesa “con mucha facilidad”

El Ayuntamiento de Zamora quiere trazar un nuevo modelo de movilidad urbana en virtud de las características de la capital. Una ciudad que, como apuntan desde la Casa de las Panaderas, “se atraviesa con mucha facilidad” en cualquier tipo de transporte alternativo a los medios a motor. Eso es algo que se ha puesto de manifiesto durante el confinamiento y que se antoja “necesario” materializar de cara al futuro, tal y como explican fuentes municipales. La teoría está clara: una movilidad más amable, promover otro tipo de medios de transporte y ganar espacio peatonal a zonas reservas hasta el momento en exclusiva para el tráfico rodado.

Todo esto se pretende llevar a cabo mediante dos planes diferenciados. Por una parte, la nueva propuesta de movilidad en la que trabaja la Concejalía de Urbanismo y, por la otra, el plan de acción en materia de contaminación acústica que acaba de ser validado por la administración regional. Para ver los resultados, no obstante, habrá que esperar todavía un tiempo prudencial.