La ONG Visión Solidaria, puesta en marcha por la zamorana María Redondo, se ha convertido en los últimos años en todo un referente en Haití -país al que acudió como voluntaria tras el terrible terremoto de hace una década-, donde con el proyecto "Así Soñamos" ha puesto en marcha en la localidad de Anse-à-Pitres, al sudeste de la península, un campamento urbano para más de 250 niños de entre cuatro y 18 años durante los meses de julio y agosto.

"A causa de la pandemia, el proyecto no se va a poder desarrollar como otros veranos. Además, el alcance de la enfermedad en Haití es difícil de calcular, sin acceso a pruebas y el complicado cumplimiento de las medidas de seguridad", remarca María Redondo. Y es que allí la vida se hace en la calle y en las casas, auténticas chabolas, viven varios miembros de una misma familia en espacios muy reducidos.

Pero aunque no podrá viajar como cada verano a Haití, tampoco quiere dejar totalmente parado este proyecto. "Es verdad que por la pandemia no es viable realizar las formaciones ni el campamento, porque supondría juntar a un gran grupo de personas, pero nos hemos adaptado a la situación y le hemos dado la vuelta al proyecto", explica la voluntaria. Una de sus preocupaciones es que si estos campamentos no se llevan a cabo, el grupo de treinta trabajadores, naturales de allí, no podrán contar con ese sueldo. "Para algunos es la única paga que tienen al año e incluso algunos ya lo habrán gastado con antelación previendo que lo iban a tener", asegura.

Y es que en Haití, el 90% de la población trabaja para comer en el día. "Si la actividad económica está para en España, allí es mucho peor, con lo que supone un aumento de la hambruna", argumenta. Por ello, la decisión que se ha tomado desde Visión Solidaria es seguir pagando aunque sea el 70% de esos sueldos, para no dejarlos a su suerte. Además, pensando también en los niños que acuden en verano a ese campamento, se va a comparar comida para repartirla entre las familias más necesitadas de la zona y que suelen acudir a este proyecto. "Con la entrega de alimentos, la idea es que los educadores se queden una hora en la calle con los niños, grupos pequeños de ocho menores, para jugar un rato con ellos, porque no tienen ni juguetes ni escuela así que, al menos, poder repartir un poco de sonrisas", añade.

Además, se han marcado otro objetivo: lograr una beca de estudios en Puerto Príncipe, la capital de Haití, para los jóvenes.

"Vamos sumando lo que podemos para hacer más grande el proyecto, pero dependemos totalmente de las aportaciones privadas y de los socios. Sin ellos no podríamos hacer nada", reconoce. Por ello pide a los zamoranos que se sumen a esta iniciativa de ayuda en Haití. "Las organizaciones más pequeñas somos las más afectadas por esta crisis que ha surgido en todo el planeta", señala. Los interesados en aportar su granito de arena tienen toda la información en la web de la ONG (visionsolidaria.ong)