"Rey servido y patria honrada". Bajo este lema, la fragata de la Armada española Álvaro de Bazán, a cuyo mando se encuentra el capitán Ricardo Gómez Delgado, se encuentra, en estos momentos, liderando la misión SNMG-2 (Standing NATO Maritime Group 2), perteneciente a la OTAN. En ella, participa la zamorana Silvia Vega Fradejas, que asume este reto con mucha satisfacción e ilusión. El objetivo marcado para la flota es el control marítimo, en este caso en el ámbito del Mar Mediterráneo y del Mar Negro.

A lo largo de un completo recorrido y durante algunos meses, el buque Álvaro de Bazán estará presente mayoritariamente en Europa, aunque también surcará aguas africanas. De esta manera, los puertos de los países que recorrerá son los de Burgas (Bulgaria), Odessa (Ucrania), El Pireo y Souda (Grecia), Toulon (Francia), Argel (Argelia) y Antalya y Aksaz (Turquía). El buque hará entrada en alguno de los puertos nacionales, a pesar de que, en esta ocasión, sus ocupantes no podrán visitar ninguna de las ciudades por las que pasarán, debido al riesgo existente de contagio por el COVID-19.

Precisamente, la situación provocada por el coronavirus ha afectado, en cierta medida, al desarrollo de la misión, aunque finalmente ha podido realizarse sin inconvenientes, gracias al buen funcionamiento de los protocolos y las medidas de seguridad llevadas a cabo. Al comienzo de esta pandemia, "no fue posible el adiestramiento adecuado del buque, pero ha sido un hito el conseguir haberlo logrado a tiempo, tanto a nivel de estado de alistamiento a través del teletrabajo, como a la asistencia para lo estrictamente necesario", relata Silvia Vega Fradejas .

Los tripulantes de la fragata, por su parte, tuvieron que realizar la cuarentena hasta el mismo momento de hacer la salida al mar, y además de ello, se les han realizado pruebas PCR. De esta forma, la F-101 Álvaro de Bazán ha logrado la obtención de la calificación como buque "COVID Free" o libre de coronavirus.

De manera oficial, la presente misión ha dado comienzo recientemente, el pasado 1 de julio, con un acto de relevo en la base naval de Rota (Cádiz), aunque el puerto base se localiza en Ferrol, de donde se partió el día 22 de junio. La flota española realizará su labor a lo largo de los próximos cuatro meses, hasta noviembre.

En esta operación, el Álvaro de Bazán es un buque mando, lo cual significa que "España lidera esta misión, que siempre está activa y es relevada por distintas embarcaciones de la Armada del país", apunta Vega Fradejas .

Una vez en el puerto de Aksaz, situado en Turquía, la embarcación en la que se encuentra la zamorana será relevada por la fragata F-105 Cristóbal Colón, que asumirá la continuidad de las tareas pertinentes. Así, España estará al frente de la agrupación de la OTAN durante un año.

La fuerza naval de la SNMG-2 tiene como propósito la realización de operaciones para "aumentar la presencia de las fuerzas de la alianza en el Mar Negro y el Mediterráneo oriental, así como mantener el status, controlando el tránsito de los buques mercantes que recorren dichos mares, y controlando también el tráfico de armas, de personas o de drogas, de manera que velamos por el cumplimiento de las leyes", explica Vega Fradejas. Así, la SNMG-2 está compuesta por una cantidad de fragatas variable, entre las que ahora se integra la Álvaro de Bazán, con el objetivo de dotar a la OTAN de una capacidad de reacción inmediata en escenarios marítimos. Concretamente, la Operación "Sea Guardian" es la que se ocupa de forma específica de inspeccionar lo anteriormente mencionado.

Con esta actuación, la Armada española mantiene su compromiso con la alianza en este tipo de grupos, con una presencia que ya se prolonga más de tres décadas. Para la zamorana, afrontar esta navegación justo en estos momentos "supone un gran reto, ya que después de las circunstancias acontecidas por el COVID-19, se trata de una travesía inusual y distinta, aunque no deja de ser importante", comenta.

Silvia Vega Fradejas ha llegado a la F-101 Álvaro de Bazán tras una amplia trayectoria en la Marina, una institución a la que se incorporó en septiembre de 1995, desde la escuela de Ferrol, lugar donde juró bandera, y fue destinada en ese primer momento a fragatas de clase 80 en Rota, y más concretamente a la F-83 Numancia. Tras ascender a cabo y volver a pasar por Ferrol, accedió al buque de desembarco Pizarro. Meses después, "tuve la gran suerte de pertenecer a la dotación de quilla (primera dotación) del buque de desembarco anfibio Galicia, con base en Rota", recuerda.

Desde entonces, Silvia ha continuado sumando logros en su carrera, como su ascenso a cabo primero, y más tarde a una plaza de tierra en el Arsenal Militar de Ferrol, para embarcar, posteriormente, en fragatas de tipo F-100, primero en la F-105 Cristóbal Colón y, en la actualidad, en la F-101 Álvaro de Bazán de la Armada española, donde se encuentra.

Ser mujer, además de madre en dos ocasiones, no le ha impedido desarrollar de manera exitosa su profesión en el Ejército español. "Después de 25 años en esta institución, siempre he sido una más en esta gran familia, y a día de hoy, tengo la infinita suerte de estar en un barco donde impera un buen ambiente", señala la zamorana. Como ella misma manifiesta, Silvia Vega Fradejas se lleva, de la experiencia que vive en la actualidad, "la satisfacción del deber cumplido", tal como reza el acertado lema de la fragata.