"Siendo niño recuerdo que el periódico regalaba unos dibujos suyos (de Antonio Pedrero) y aprendí a dibujar con ellos" comparte el artista Carlos Adeva quien ultima el impresionante mural que homenajea al pintor y escultor zamorano Antonio Pedrero en la pared de un edificio de la Cuesta de la Morana.

El toresano para encarar la obra, que se engloba en el plan de muralismo impulsado por la Concejalía de Barrios, estudió la producción pictórica de Pedrero, sus colores y su técnica, que "espero haber cogido bien", y seleccionó una serie de motivos "muy identificativos de sus obras de inicio y de madurez" que sobrepasan un gran marco "porque cobran vida", describe. En los casi 350 metros cuadrados Carlos Adeva ha ubicado, en la parte superior, unos niños del campo y una cometa que otorga movimiento a la composición. El hilo del juguete enlaza hasta el centro donde se encuentra el rostro sereno del honrado quien presenta a la altura del pecho un cuadro en amarillo, que alude a "la luz que es su pintura" mientras que en la parte inferior figuran personajes del mural del Cerco.

Adeva ha utilizado el sistema de escala de cuadrículas para encajar todas las partes del conjunto, una tarea en la que invirtió cinco días de trabajo y antes de comenzar a pintar arregló desperfectos, como grietas, que presentaba la pared. "Tiene mucho trabajo, pues tienes que preparar, luego pintar el fondo y posteriormente hacer los dibujos" relata.

En cuanto al colorido elegido, Adeva se ha decantado por una gama de verdes "por ser un tono muy empleado por Antonio y muy presente en la zona". El artista, que ha realizado murales en Toro, Vitoria o Tordesillas, atestigua que "no es lo mismo pintar un cuadro que sobre una pared donde tienes que controlar las distancias" y donde pinta de " arriba hacia abajo".

El mural-homenaje ha sido una gran sorpresa para Antonio Pedrero, quien atestigua que "me lo dijo un amigo y pensé que se había confundido con el de Abrantes que hay en San José Obrero... ha sido una alegría y una verdadera sorpresa que agradezco" al tiempo que Carlos Adeva remarca que el muralismo trata de alegrar el día a día a los vecinos y qué mejor que con un recordatorio pictórico a un artista de la tierra, a un hombre sencillo, cercano y muy querido.