La operación salida del verano postpandemia se ha saldado en la provincia de Zamora con un diez por ciento menos de movilidad y una reducción a la mitad del número de accidentes. La primera semana de julio muestra buenos datos, pero nadie en Tráfico quiere confiarse. Por esta razón, las carreteras del territorio estarán permanentemente vigiladas a lo largo de la semana para realizar controles de velocidad. La laxitud con la que algunos conductores se toman este tipo de delito ha hecho reflexionar a las autoridades, que quieren reducir al máximo los siniestros registrados en la geografía zamorana.

El subdelegado del Gobierno, Ángel Blanco, ha sido el encargado de presentar la campaña especial de velocidad que se desarrollará en la provincia a lo largo de los próximos días. No es un asunto baladí. Y es que, según demuestran los datos, durante el confinamiento ha existido una tendencia a “correr” al volante. El radar móvil de la N-122 ha registrado un incremento de la velocidad media de casi 30 kilómetros por hora, con picos de hasta 140 kilómetros por hora.

Las carreteras más problemáticas en materia de velocidad, según la Jefatura Provincial de Tráfico, son la citada N-122 y las autovías A-11 y A-66. Además, se prestará especial atención a la CL-527 (Zamora-Fermoselle) y a la CL-605 (Zamora-Fuentesaúco).