"Fui pionero en España al implantar en 2001, una línea de ayudas para la compra de coches híbridos y eléctricos y lo hice, más que nada, como una señal para la necesaria evolución de la industria nacional y regional del automóvil que debería dejar de ser una colonia empresarial y tecnológica extranjera para buscar y conseguir su autonomía", afirma José Luis González Vallvé. La línea de ayudas se habría dado a conocer en junio de 2001 y unos días más tarde, el 30, justo al tiempo que la capital despedía las fiestas de San Pedro y el Festival de la Europeade, el consejero se unía al alcalde Antonio Vázquez para presentar un prototipo en la Plaza Mayor.

El zamorano hace referencia a aquella presentación en el capítulo que dedica a la "Primera línea de ayudas en España para comprar vehículos hibrido y eléctricos. La Necesaria Evolución Tecnológica y Empresarial de la Industria del Automóvil". En ese capítulo se refiere al automóvil como "el mayor vehículo de libertad de mi generación", a la vez "causante de muchas víctimas por accidentes de tráfico" y en el punto de mira ecológico por su papel en la contaminación. En aquella época "se criticaba a los EEUU por no firmar Kioto" (la cumbre japonesa para reducir las emisiones de CO2), "pero aquí se compraban vehículos de más de 200 Cv, símbolo de riqueza para hacer recados mientras los norteamericanos ya compraban masivamente híbridos y eléctricos. La velocidad máxima era de 120KmH, pero se homologaban los que alcanzan 250 cuando más bien deberían rechazarse y emplear la I+D+i en reducir consumo y contaminación".

La aprobada por la Consejería de Industria de Castilla y León fue la primera línea de ayudas para comprar vehículos híbridos y eléctricos "que suponían el 50% del exceso de su coste, respecto de coches similares de combustión, más o menos 5.000 euros por coche", aunque, reconoce, "no tuvo mucho éxito, creo que solo 9 particulares se acogieron, de forma que equipé flotas municipales para que tuvieran los mismos coches que en Nueva York".

La medida iba más allá y estaba relacionada con la I+D+i que sigue renqueante en la región. "Pretendía hacer una llamada de atención a la industria del automóvil en España: 10%PIB y un millón de empleos, pero colonia empresarial y tecnológica extranjera aunque con una industria de componentes muy desarrollada, tecnologizada y diversificada, estaba claro que el futuro ya no pasaría por los motores de combustión , sino por híbridos y sobre todo eléctricos y había que adelantarse tecnológicamente, especialmente en la industria de componentes, por ejemplo, desarrollando y fabricando baterías para coches, había que motivar y movilizar". En otras palabras, se trataba de "poner las pilas, nunca mejor dicho, a la industria de componentes, universidades, formación profesional, centros tecnológicos, I+D+i, para ser punteros en el futuro y no más colonia tecnológica o empresarial".

La idea persistió cuando dejó atrás la Junta para volver a desempeñar cargos de responsabilidad relacionados directamente con la Unión Europea. "Aún en diciembre de 2008, estando de director en la Representación de la Comisión Europea en España, escribí un artículo que se publicó en la prensa regional, titulado La Necesaria Evolución de la Industria del Automóvil y los Coches de Colores, en el que insistía en esas tesis".

Aún pasaron 15 años hasta que el Estado "comenzó a subvencionar híbridos y eléctricos", lo que no libra de sus críticas al actual Gobierno por su política sobre los combustibles fósiles. "En 2019, declaraciones patosas sobre el diésel de ministros que no distinguen potencia de energía se cargaron la industria del automóvil de combustión, sin tener preparada la alternativa eléctrica, incluso en 2018-19, España quedo inexplicablemente fuera del proyecto llamado "Airbus de las Baterías" un proyecto europeo con Alemania Francia y otros estados europeos, pero no España, para desarrollar un líder global en fabricación de baterías para automóviles". Ahora, cuando los efectos de la pandemia se notan con mayor fuerza en lo economico, "hay pánico por el desmantelamiento de la industria española del automóvil convencional". Y el tiempo perdido en estos años pasa factura en su opinión. "En la factoría Nissan de Ávila, les propuse producir un nuevo modelo de camión ecológico que llamaríamos Ávila, pero no me hicieron caso, lamentablemente las decisiones estratégicas se tomaban en Paris o Tokio, no en Ávila o Valladolid, éramos colonia tecnológica".

Pese a los avances, el camino parece largo aún: "Muchos años después, el hibrido es normal en las ciudades, más que el eléctrico pues en España hay 24 millones de coches pero 16 millones duermen en la calle, imposibles de cargar y la carga normal dura 10 horas, para que sea rápida en 20 minutos, se requieren cargadores con potencias de 400Kw, cuando en las casas, la potencia contratada no suele superar los 10Kw". Por ahora, y pese a las nuevas subvenciones mantener un coche eléctrico es difícil y caro de instalar: "Por eso el híbrido acabo imponiéndose, ante el escepticismo general, lo que, lamentablemente llevó a que la industria europea española del automóvil, esencial en la economía, perdiera la carrera tecnológica de fabricación de baterías liderada por China y Corea del Sur". Tanto en los años en que propuso la revolución como ahora, González Vallvé sostiene que la evolución tecnológica con la fabricación de baterías para motorizar coches eléctricos sigue siendo vital para una industria de la que proviene el 10% del PIB español. Volviendo la vista atrás, en el libro que aún no ha llegado a las librerías, deja patente el desencanto: "Intenté con la novedad de los vehículos híbridos enviar una señal a la industria del automóvil, esencial en nuestra tierra, para la reconversión que vendría obligadamente y cuanto antes comenzara, mejor; No fue recogida ni por políticos, ni por fabricantes, ni por sindicatos, ni por universidades ni por? Creo que fue Marguerite Yourcenar quien dijo algo así, como que adelantarte a tu tiempo es garantía de equivocarte...".