Ser la periferia de la periferia, como le gusta decir a Francisco Guarido, parece haber jugado una buena pasada a Zamora en la crisis del coronavirus. Al menos, en materia de contagios. Ahora, resuelta la parte sanitaria, hay que abordar la económica. La ciudad parte de cero; de sí misma. Porque buena parte del empleo que existe en la capital es autoempleo. Por eso, el Ayuntamiento de Zamora ha querido salir al rescate de los autónomos, aunque también de los trabajadores en ERTE. La gestión de la crisis no ha tocado a esta administración tanto como a otras, pero el agujero de dinero ha sido importante. Ahora hay que coser. Y así quiere hacerlo el alcalde.

-¿En qué situación económica y social se queda Zamora después de la crisis sanitaria?

-No creo que la crisis haya afectado más a Zamora que al resto de España. Nosotros somos turismo, comercio, industrias agroalimentarias y servicios. Son sectores que, económicamente, se han visto afectados en todo el país por igual. Y también son sectores, especialmente el comercio, el turismo y la hostelería, que van a encontrar dos medidas paliativas que les van a venir muy bien dentro de lo desafortunado que ha sido todo. Por una parte, el colchón que ha puesto el Estado a través de los ERTE para que los trabajadores no hayan sido despedidos, mantengan su salario y puedan seguir consumiendo. Por la otra, el Ingreso Mínimo Vital, que va a ser un apoyo muy importante para la economía de Zamora.

-Los peores augurios hablan de demasiados cierres dentro del sector servicios que, en una ciudad como Zamora, serían lapidarios. ¿Sobrevuela el fantasma de la pobreza sobre las familias de la capital?

-En una situación así, el fantasma de la pobreza siempre sobrevuela sobre los autónomos y sobre los trabajadores. Pero creo que nos podemos recuperar de cara a la próxima primavera. Tenemos las bases para hacerlo y confío en que todo esto se reanime.

-El Ayuntamiento de Zamora ha tratado de poner su parte con el programa Relanza.

-Hemos puesto lo que hemos podido, pero siempre en cuidados paliativos. Tenemos subvenciones para autónomos, para alquiler de locales y para el pago de hipotecas y alquileres de viviendas a trabajadores en ERTE. Son cuidados paliativos, pero contribuyen a que la situación pueda sobrellevarse. Creo que el Ayuntamiento de Zamora ha lanzado medidas muy positivas que no han realizado demasiados ayuntamientos en España. Algunas, como las referentes a los trabajadores, son prácticamente inéditas.

-Han seguido pagando nóminas, han lanzado ayudas por valor de casi tres millones y medio de euros, pero han dejado de ingresar demasiado en materia de recaudación. ¿Está el Ayuntamiento de Zamora en una situación de desequilibrio presupuestario?

-Muchísimo. Ahora mismo tenemos un desequilibrio muy importante y eso se verá en la cuenta de resultados. Aparte de todo lo mencionado, hay que recordar que hemos puesto mucho dinero en la crisis sanitaria: habilitar el albergue de peregrinos, desinfecciones, material, limpiezas? Son contratos de emergencia que han costado mucho dinero. A los gastos hay que unir la merma de ingresos. No vamos a cobrar gran parte del ejercicio de terrazas, de la basura comercial o de los cánones de concesionarias cuyo servicio se ha visto afectado. Todo eso nos va a afectar. Aunque, en realidad, lo peor de todo va a venir el año que viene.

-¿Por qué?

-Una gran parte de la financiación del Ayuntamiento de Zamora proviene del Estado y, en menor medida, de la Junta. Esos ingresos van en función de la recaudación de IVA e IRPF. Sin consumo y sin rendimientos del trabajo, el Estado recauda menos. Y reparte menos. Con menos transferencias del Estado, nuestros ingresos van a menguar mucho mientras aumentamos los gastos. Así que tenemos un problema en el equilibrio de las cuentas que tendremos que resolver.

-¿Por la vía de los impuestos?

-Por ahora, no hemos previsto subirlos. Pero estoy convencido de que los ciudadanos son comprensivos. Hay dos posibilidades. Una es subir impuestos como empieza a plantear el Gobierno central y la otra es bajarlos como siempre dice el Partido Popular. Si el Estado gasta miles de millones de euros para que la salida de la crisis no sea como la del 2008, ese dinero tiene que salir de algún sitio. Eso no se financia con humo. Y decirle lo contrario a la gente, es mentir. Por ahora, no prevemos subir los tributos, pero si el Estado nos recorta muchos millones, habrá que ver la situación.

-Volvamos a la crisis. En el inicio del confinamiento, muchos trabajadores públicos se quejaron de que no se les proporcionaba protección. También en el Ayuntamiento de Zamora, especialmente en el sector de la ayuda a domicilio.

-Se quejaron en ayuda a domicilio, pero también los sanitarios, la recogida de basuras? Todo el mundo que estaba en la calle o con personas, es verdad, en las primeras semanas no tenía la protección adecuada. Aún así, creo que sí les dimos material, aunque fuera mínimamente. Repartimos todo lo que nos llegaba diariamente desde la Junta y las trabajadoras de ayuda a domicilio tuvieron desde el primer momento mascarillas y batas. También quiero recordar que la obligación de proporcionárselas era de la empresa concesionaria, pero se les facilitó desde el Ayuntamiento en la medida en que nos iban llegando. Esos días, nadie tenía de nada.

-Mencionaba antes el coste del albergue de peregrinos reconvertido en centro de acogida para personas sin hogar. ¿No debería Zamora contar con un centro de este tipo que no dependiera de la Iglesia, como ocurre hasta el momento?

-Claro que sí, pero el Ayuntamiento no puede acometerlo en solitario. En todas las capitales debe haber un centro de este tipo, pero debe financiarlo la administración competente, que es la Junta. Nosotros, aún así, colaboramos con Cáritas en su centro.

-¿Cuándo van a abrir las guarderías?

-A partir de esta próxima semana y siempre con las normas que dicta la Junta. Abrirán para los padres que justifiquen que lo necesitan; cuando trabajen los dos y tengan problemas de conciliación. No es normal que tengamos abiertas las piscinas y no las escuelas infantiles.

-El confinamiento ha provocado un auge del teletrabajo, pero incluso en Zamora capital sigue habiendo zonas de sombra. ¿No se van a unir a la lucha por un Internet digno?

-¿El Casco Antiguo? Sí, es una zona de sombra. Vamos a trabajarlo, aunque son las compañías quienes deben desplegar los medios y no el ayuntamiento. Intentaremos llegar a un acuerdo.

-¿Qué opinión tiene usted de la gestión de la crisis por parte del Gobierno?

-Dentro del colapso que ha supuesto todo, creo que ha sido bastante correcta. Si las restricciones llegaron más tarde o más pronto? El Gobierno tomó las decisiones cuando tenía que tomarlas. Estamos hablando de momentos muy difíciles. Yo soy muy comprensivo y creo que no se debe criticar tan furibundamente como hacen la derecha y la extrema derecha. "Que si la culpa es de no sé quién, que si la culpa es de las feministas?" Son salidas de tono que perjudican al que pronuncia esas palabras tan gruesas.

-Ustedes tenían un plan de inversiones a cuatro años con la financiación contada euro a euro y día a día. ¿De qué manera complica esta crisis sus planes de Gobierno?

-Nos lo complica un año. Son cuatro meses de parón y luego poner la máquina a funcionar otra vez. Ahora tenemos un horizonte de tres años de mandato y vamos a tratar de cumplir todo lo que habíamos dicho. Quizá, el gasto de la crisis y la falta de recaudación nos pueden condicionar parte de esos proyectos, pero queremos ser optimistas y seguir trabajando día a día.

-Tras años reclamando poder gastar libremente el superávit, qué bien les vendría ahora.

-Los ayuntamientos podemos gastar el superávit si no entramos en déficit estructural, pero nos lo dejan gastar en cuatro cosas y nunca de manera libre. Al final, son muchos años de alcaldes y alcaldesas quejándonos de la situación, pero hablamos con la boca pequeña. Ahora parece que se puede abrir una ventana y creo que ahí se nota la mano de Izquierda Unida y Podemos en el Gobierno.

-¿Llegará el remanente de Tesorería para financiar todos estos proyectos que tienen en cartera?

-La mayor parte de nuestras inversiones están financiadas con ese remanente. Pero ya no llega, porque nos hemos gastado mucho dinero en la crisis y vamos a ingresar mucho menos. No nos llega. Pero, bueno, hasta donde lleguemos.

-¿Y no se plantean endeudarse?

-En estos momentos es una idea que está completamente desterrada, pero a tres años es mucho decir. Dependerá de las transferencias del Estado. Normalmente, el Estado nos transfiere once millones sobre un presupuesto de casi sesenta. De manera previsible, el año que viene nos transferirá mucho menos. En principio, creo que llegamos con el dinero que tenemos, pero veremos dentro de dos años. Eso no quiere decir que, al aumentar el dinero para la prestación de servicios, no haya que ajusta algún tributo al alza; pero eso lo entiende todo el mundo.

-Con lo cual, no se descarta subir impuestos.

-El dinero no está en los árboles. No es humo. En política somos muy dados a decir mentiras. Algunos dicen que hay que bajar impuestos, pero a la vez gastar más. ¿Eso cómo se hace? Nosotros no queremos decir mentiras. Si algo caracteriza a Izquierda Unida en Zamora es que somos un grupo de gente honrada, austera y que sabe mirar bien las cuentas. No despilfarramos y por eso nos ha ido bien. Y en los tres años que nos quedan, nos va a ir igual de bien en lo que dependa de nosotros.