Los 35 celadores de urgencias del Hospital Virgen de la Concha de Zamora mostraron ayer su más absoluto desacuerdo con el cambio de ubicación de la sala de estar que ocupan, con ventanas a la calle de acceso y a la puerta del servicio, lo que les permite auxiliar rápidamente a los enfermos que precisan ayuda para entrar, "vemos llegar las ambulancias, los coches particulares y a cualquier usuario que precisa de nuestra asistencia". Además, al estar cerca de la puerta de entrada, la atención es casi inmediata, agrega el colectivo concentrado a las puertas de urgencias del complejo asistencial.

"De forma unilateral, sin previo aviso, la Gerencia ha decidido trasladarnos a un habitáculo sin ventanas, al final del pasillo de Urgencias" desde donde será más difícil estar pendiente de los usuarios que llegan, indican los sanitarios. Una de las ventanas de que disponían daba a la sala de admisión, lo que facilitaba su trabajo, "estábamos entre el mostrador de admisión y la puerta de ambulancias", un sitio estratégico para su trabajo. El malestar no se hizo esperar y los profesionales se manifestaron a primera hora de la jornada laboral de ayer, con una pancarta improvisada en la que se podía leer "Sala de estar celadores: ¿este es el pago por nuestro trabajo? No nos lo quitéis".

El turno de mañana, al que se sumaron otros compañeros, acudió a la dirección del Hospital para hacer llegar a los responsables su malestar por la nueva sala que se les ha adjudicado "un zulo", por el que "pasan las tuberías generales, una goteando". Los sanitarios se encontraron en la mañana de ayer con la sorpresa de que el espacio que ocupaba desde hace años con una situación estratégica se ha trasladado al final del pasillo de servicio, fuera ya de urgencias, lejos de la puerta de entrada, "sin acceso a la vía pública, ni adecuada ventilación" y sin visibilidad, lo que "entorpecerá nuestra labor, porque no podremos ver la llegada de enfermos que precisan ayuda para entrar al centro", explican los afectados. Se trata de una sala pequeñita, "de unos cuatro o cinco metros cuadrados como mucho, donde es imposible que puedan entrar los seis celadores del turno de noche y los siete del de mañana y tarde".

La gerencia, ya a hechos consumados, sin negociar nada, "nos ha explicado cuando hemos ido a protestar que era necesario". La dirección del Hospital les ha explicado que quieren convertir en zona sucia de COVID la actual sala de espera del servicio, para que puedan esperar los afectados por la pandemia- Y la zona que ocupaban los celadores conertirla en sala de espera para uso público o aseos, "no sabemos bien", agregan los funcionarios. Aunque se muestran "abiertos al diálogo, reiteran su enfado porque "ni nos consultan ni nos comunican nada" e insisten en que nos dejen donde estábamos".