El vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, defendió este jueves la necesidad de llevar a cabo una reforma de la atención primaria en la comunidad autónoma para atajar los problemas estacionales que se producen en las zonas rurales durante los meses de verano, especialmente las que cuentan con un mayor volumen de población flotante.

Igea apuntó que Castilla y León cuenta con un médico por cada 900 habitantes, y remarcó que esa ratio se reduce a un facultativo por cada 500 cartillas en las zonas rurales: "Es verdad que, durante el verano, hay zonas donde se multiplica la población, pero aun así el número de profesionales debería permitirnos gestionar esa demanda", indicó el vicepresidente de la Junta.

Por eso, Francisco Igea defendió que el problema no es de personal o de inversión, sino de "gestión y ordenación de los recursos", por lo que insistió en la importancia de actuar. De hecho, a su juicio, es "imprescindible" acometer esa reforma de la atención primaria, dado que es "inconcebible" que se den problemas de asistencia sanitaria durante el verano.

En general, Francisco Igea defendió de forma vehemente el gasto que realiza la Junta de Castilla y León en materia sanitaria, en un jueves en el que, como cada día, la institución autonómica facilitó el parte diario de afectados por la pandemia del COVID-19. En esta ocasión, la provincia recibió buenas noticias, y es que Zamora no registró ningún nuevo contagio, mantuvo también estable la cifra de fallecidos y añadió un alta en las residencias de mayores.

Con este paciente más que ha logrado superar la enfermedad, la cifra de recuperados se eleva a 303 en las residencias de mayores, centros de personas con discapacidad y viviendas tuteladas de la provincia.