Y, a medianoche, la frontera desapareció. España y Portugal regresaron este miércoles a la normalidad que marca el Espacio Schengen y permitieron, por fin, la libre circulación de viajeros entre ambos países. Atrás quedan ya 106 días de cierre por la pandemia que han supuesto un regreso al siglo pasado en lo que se refiere al control de vehículos en La Raya y al levantamiento de muros y vallas para evitar el tránsito entre ambos territorios. En lo que afecta a Zamora, nadie vio por San Martín del Pedroso, Rihonor o Fermoselle a Felipe VI, a Pedro Sánchez o a cualquier otra autoridad, pero los agentes de la Policía Nacional cumplieron las órdenes marcadas y abandonaron la vigilancia con la misma diligencia con la que la habían iniciado el 17 de marzo.

En la parte alistana, al pie de Quintanilha, el final vino acompañado de un calor difícil de aguantar a la intemperie. De hecho, si los agentes tuvieron que soportar temperaturas bajo cero en el mes de marzo, los últimos días de junio elevaron los valores por encima de los 35 grados. Aun así, el empuje del sol no mermó la satisfacción de los policías de ambos lados de La Raya. Para los cuerpos implicados en la tarea, el cierre de fronteras ha supuesto un sobreesfuerzo y ha obligado a destinar importantes recursos a la tarea. Nadie allí quería mantener esa situación un minuto más de lo necesario.

Así lo explicaban los agentes españoles apostados en su lado de la calzada a falta de apenas hora y media para abandonar definitivamente las tareas de control en la frontera: "Hemos tenido de todo". Al fin y al cabo, según los datos remitidos este miércoles por la Subdelegación del Gobierno, en este paso, el único de la provincia que ha permanecido activo las 24 horas durante los más de 100 días de cierre provisional, se han controlado 15.209 vehículos y 29.769 viajeros. De ellos, a 1.478 se les denegó el paso hacia España: "Ha habido muchas madres enfermas", ironizó uno de los trabajadores de la Policía Nacional, como ejemplo del catálogo de excusas que se ha visto a lo largo de estos meses.

Además, en el paso entre Torregamones y Miranda do Douro, abierto de manera parcial entre el 15 y el 30 de junio, se llevó a cabo el control de 625 vehículos y de 872 viajeros, de los cuales 62 tuvieron que darse la vuelta al no cumplir los requisitos. Cabe destacar que, a lo largo de esta fase, tan solo se permitía el paso bajo algunos supuestos muy concretos, relacionados con el transporte de mercancías o el movimiento de trabajadores transfronterizos.

Precisamente, estos empleados fueron los grandes perjudicados por la ausencia de más pasos habilitados durante el grueso de este periodo. La obligación de recorrer decenas de kilómetros extra para acudir a su puesto de trabajo durante más de un trimestre ha condicionado la vida de unas personas que, tras verse beneficiadas por las medidas de alivio concedidas en el tramo final, ven resueltos definitivamente muchos de sus problemas con la reapertura de fronteras. El trámite se hizo efectivo a la hora convenida en los pasos habilitados, y se plasmó también a lo largo de la mañana del miércoles en el resto de La Raya, según confirmó de nuevo la Subdelegación del Gobierno en la provincia.