La romanización, la evolución política del Al Andalus, el Tratado de Tordesillas, Cela y Delibes, la generación del 98 o el teatro de Antonio Buero Vallejo fueron los protagonistas de los primeros exámenes -de historia y lengua y literatura- de la EBAU 2020, que será recordada por la evaluación de acceso a la universidad supeditada a la crisis sanitaria del coronavirus.

Una de las primeras consecuencias de ello fue el tener que estar en los lugares de examen una hora antes del inicio de las pruebas. "Eso ha provocado que haya mucho tiempo muerto que podíamos haber aprovechado para repasar o incluso para dormir", lamenta María Calvo, alumna del IES María de Molina. La especial manera de haber tenido que preparar este año la prueba "ha tenido sus cosas buenas y sus cosas malas". En el lado positivo, por ejemplo, "está el que hemos tenido más tiempo para estudiar que otros años", puesto que se ha tenido que retrasar la fecha de la prueba. Y reconoce, tras salir de los dos primeros exámenes, que habían sido bastante accesibles. "Ha habido más opciones para poder elegir, antes solo tenías dos, se ve claramente que no han ido a pillar", describe.

Su compañera, Denis Vladut, aseguraba que el examen de historia era al que "más miedo le tenía" por el exceso de materia pero que, tras hacer el primero de lengua "y salirme bien, te relajas un poco y lo llevas mejor".

Carlos Hernández, alumnos del IES Claudio Moyano, también agradece la amplia optatividad de esta convocatoria. "Se pueden dejar incluso temas sin estudiar, así que calificaría de media la dificultad de este año", indica.

Echando la vista atrás, apunta que el tercer trimestre ha sido especialmente duro por las clases virtuales. "Algunas no valían para mucho, pero no por culpa de los profesores, sino porque es mucho mejor el modelo presencial, donde puedes resolver mejor tus dudas y aprendes a hacer los problemas físicamente", asegura. Además, estudiar en casa encerrado "ha sido más complicado, con el calor o las distracciones, pero ha tenido que ser así y lo hemos hecho", indica este futuro estudiante de Ingeniería Informática.

Desde el punto de vista de los profesores, Diego Monterrubio, quien imparte la asignatura de química en el colegio Corazón de María, reconoce que la preparación de la EBAU ha sido especialmente complicada este año. "Al principio ni siquiera sabíamos siquiera si iban a quitar parte del temario, lo que habría sido un problema, porque la libertad de cátedra permite empezar el temario por donde se quiera y eso habría perjudicado a parte del alumnado", razona, al tiempo que reconoce que este habría sido un excelente año para realizar una prueba de acceso a la universidad única para toda España. "Se podría haber hecho mucho más uniforme, y más teniendo en cuenta el estado de alarma en el que estábamos", explica.

El haber podido regresar a clase durante algo más de una semana para preparar la prueba lo considera todo un acierto. "Mi gran preocupación era que se tenían que presentar a un examen muy importante sin haber realizado una prueba presencial desde hacía cuatro meses", reconoce. Y es que la mayor dificultad podía estar en saber gestionar el tiempo del que se dispone para hacer la prueba. "El año pasado tan solo transcurrieron dos semanas entre los exámenes finales de la tercera evaluación y la prueba de selectividad", compara.

Superado el primer día de la EBAU, los 750 estudiantes zamoranos que se presentan tienen por delante dos días más para realizar los exámenes de las materias específicas. Los de la capital en las aulas de la Escuela de Magisterio y Escuela Politécnica Superior del Campus Viriato, mientras que las otras sedes repartida en la provincia están en Toro (IES Cardenal Pardo Tavera), Benavente (IES León Felipe) y Puebla de Sanabria (IES Valverde de Lucerna).