La Junta de Castilla y León añadió ayer de repente a 76 fallecidos más en la estadística de muertes de las residencias zamoranas por todas las causas que se elevaron en una sola jornada de 313 a 389. Se trata de los datos que elabora la Consejería de Familia y cuyas fuentes oficiales aseguran que son correctos y, en principio no se trata de ningún error.

Sin embargo los datos no cuadran con otras cifras, como la de los fallecidos por COVID, que siguen invariables desde hace tiempo, con 61 fallecidos con diagnóstico de coronavirus y otros 63 con sospecha. Y tampoco con la cifra total de residentes en los geriátricos que lejos de disminuir como indicarían estas cifras de fallecimientos, están aumentando y pasan de 4.189 a 4.198 en una jornada, nueve más.

Fuentes de la Consejería de Familia explicaron que posiblemente este incremento tan elevado se deba a que se hayan computado en un solo día datos de varias jornadas, lo que se conoce como "decalaje" que tantos trastornos produce en las estadísticas oficiales. Estos datos de mortalidad total se elaboran con las bajas de tarjetas sanitarias de Sanidad. Aún con esta explicación llama la atención que en una sola jornada la cifra de fallecimientos en las residencias se haya incrementado nada menos que un 24%.

Los datos globales de mortalidad en la provincia durante la pandemia ascienden a 1.033 personas, según los datos de la Junta de Castilla y León si bien por COVID serían 145, una cifra que no cuadra con la que da la suma de fallecidos en residencias y hospitales, estas últimas superiores.

En todo caso los desajustes en las cifras que se deben tanto a las distintas fuentes utilizadas como al desfase temporal en la recogida de datos suponen un problema no menor a la hora de medir la incidencia real que ha tenido la pandemia sobre la mortalidad general, aunque todos los indicadores apuntan a una evidente relación entre la presencia del coronavirus y el incremento de fallecidos en Zamora desde marzo hasta ahora.