Si la Feria de la Cerámica tuviera una banda sonora, el instrumento estrella sería el silbato de agua, y el tema principal estaría basado en el sonido que emiten estas piezas de barro ante el soplido simultáneo de cientos de niños y niñas. Casi cualquier zamorano puede traer a la mente esa improvisada melodía que ameniza o amenaza, según cada cual, el caluroso paseo entre los cacharros y las vasijas en pleno San Pedro. Años atrás, durante esos días, el bullicio en el entorno de la Plaza de Viriato aumentaba a medida que el sol daba un respiro. Mientras, los vendedores se afanaban en promocionar sus productos para que el interminable goteo de gente entre sus puestos se plasmase en una caja productiva al final del día. Nada de eso ocurrirá este año.

Zamora celebra hoy la fiesta de San Pedro sin ajos en las Tres Cruces ni cerámica en Viriato. La crisis sanitaria ha instalado la "pena" en el corazón de los artesanos, especialmente en esta época en la que invadían una de las zonas emblemáticas de la ciudad: "Se han suspendido bastantes ferias", lamenta la ceramista Marisa Vergara, que reconoce el sentimiento de orfandad que le deja la cancelación de esta cita "referente" en el calendario desde los años 70 del siglo pasado.

De hecho, Vergara deja tras de sí "45 años" de presencia ininterrumpida en una feria que "nunca" había vivido algo similar. Apenas el tiempo había frustrado las expectativas de los comerciantes, pero no hasta el punto de provocar una suspensión de estas características. Ahora, la desazón se sobrelleva y pasará, pero la ceramista zamorana advierte de la "situación precaria" en la que se ven inmersos muchos artesanos: "Se va a quedar gente por el camino", asegura.

Eso, a pesar de que algunas ferias sí mantienen la intención de salir a la calle y otras se han aplazado, a la espera de un escenario más propicio a partir del otoño. En el caso de Zamora, la voluntad del Ayuntamiento, reconocida por la propia Vergara, no fue suficiente para lograr un buen encaje en el calendario. La idea de la Concejalía de Cultura era organizar un certamen en septiembre, aprovechando la oportunidad que le brindaban las fiestas de la Concha, pero la coincidencia con las citas de Valladolid y de Ponferrada hizo desistir a la organización, que ya piensa en 2021.

Así las cosas, la preocupación se centra ahora en regresar de nuevo con vigor, a pesar de las citadas dificultades económicas, paliadas por algunos a través del incremento de la venta online, y de los problemas para encontrar un relevo generacional sólido en la provincia, según constata Vergara, que pone nombre a varias que se van y tiene problemas para mencionar a apenas un par de jóvenes que entran en el negocio.

Aun así, el deseo de la ceramista es que San Pedro vuelva a ser sinónimo de cacharros y bullicio en el entorno de Viriato. "Que la gente no nos olvide", reclama la artesana. La plaza se mantendrá hoy en silencio pero, si todo va bien, la verdadera normalidad devolverá pronto a Zamora su auténtico 29 de junio.