El pacto del 1+12 cumple un año. Francisco José Requejo (1972) se convirtió en presidente de la Diputación el 28 de junio de 2019 tras cerrar un acuerdo de gobierno con la docena de diputados del Partido Popular. Las dudas sobre su margen de maniobra ante esa inferioridad numérica y el despecho del PSOE e Izquierda Unida marcaron el inicio del camino de una coalición que ahora se ha visto inmersa, dentro de su parcela, en la gestión una crisis sanitaria sin precedentes. El dirigente de Ciudadanos asume esa responsabilidad, destaca la estabilidad del pacto y defiende la tarea llevada a cabo en estos 365 días.

-Hace ahora un año, usted llegó al cargo dispuesto a abrir las ventanas de la Diputación. Entonces, nadie imaginaba que podría entrar un virus

-No lo esperábamos. Ha sido algo repentino y que nos ha obligado a aplazar algunas de las cosas que teníamos pensadas. Las sacaremos más adelante, pero ahora el tema de los autónomos y, por supuesto, la situación sanitaria eran algo prioritario. A partir de ahí, a ver cómo va viniendo, porque el virus está en la calle y no podemos saber si habrá o no un rebrote. En todo caso, intentaremos seguir trabajando para salir de esta.

-¿En qué medida afecta la pandemia a sus planes para el mandato 2019-2023?

-Nosotros tenemos un plan de actuaciones para estos cuatro años. Lógicamente, la situación nos ha hecho modificar el presupuesto para incluir según qué ayudas, y hemos hecho el esfuerzo que hemos podido, también a través de los remanentes. Sí hemos recortado algunas subvenciones a clubes deportivos y hemos cancelado ciertos actos que eran complicados de hacer. Al final hemos tratado de adaptar un poco el presupuesto y de mantener, con imaginación, las partidas previstas.

-¿Prevé que el impacto del virus trastoque también el presupuesto para 2021?

-Barajamos varias opciones. Trabajamos con el escenario de reservar también una partida por si el virus vuelve en otoño y vamos a hacer una compra de material para estar prevenidos. Para 2021, estamos trabajando ya en un presupuesto que queremos sacar adelante en diciembre para que sea ejecutivo en enero. Tenemos la intención de seguir aportando esa inyección económica a nuestros pueblos y de continuar con una política de creación de empleo.

-¿Esta crisis económica que se avecina puede ser la puntilla para Zamora?

-Yo no suelo ser pesimista. Es cierto que es algo duro para todo el mundo, que hay gente que ha perdido a familiares o que está en una situación económica muy precaria, y eso lo tenemos muy presente. Ahora bien, también se abre una ventana, una oportunidad, sobre todo en el tema del turismo. Se está trabajando mucho desde el Patronato, para el que hemos duplicado el presupuesto, con el fin de atraer a personas de fuera. Donde tenemos un déficit que me preocupa bastante es en el tema de Internet. El compromiso de las instituciones tiene que ser más firme con Zamora. Hay mucha gente que puede venir a teletrabajar y, si no le damos las posibilidades, va a buscar otro sitio. Es uno de los temas que más nos preocupa. Dar cobertura a la provincia se necesita para la gente que está y para la que puede venir.

-Usted ha insistido mucho durante las semanas de pandemia en la importancia de Internet, y también ha vuelto sobre esa expresión que suele utilizar de alfombra roja para los emprendedores. ¿Lo que les puede ofrecer hoy en día la Diputación es un escenario menos interesante por la ausencia de conectividad?

-Hay una línea en las subvenciones que damos a los emprendedores que sirve para pagar la cuota de Internet vía satélite. También tenemos un acuerdo verbal con la Consejería de Fomento de la Junta de Castilla y León para un plan que debe servir para conectar al 90% de la población. Yo creo que estamos trabajando dentro de nuestras posibilidades, pero tiene que ser más firme el compromiso del resto de las instituciones. Me preocupa mucho porque no podemos dejar así a la gente.

-¿Su exigencia es que terminen los compromisos y comiencen los hechos?

-Eso es lo que estamos buscando, que se materialicen las buenas palabras. Yo he viajado por las zonas rurales, he hablado con las empresas, y está claro que tenemos muchísimos problemas de conexión. En pleno siglo XXI, eso no puede suceder. Si nosotros desde la Diputación damos facilidades, necesitamos también la ayuda del resto de administraciones. Yo estoy escuchando buenas palabras tanto de la Junta como del Estado, y esperemos que eso se convierta en hechos. Vamos a ser muy reivindicativos, porque la gente de la provincia lo necesita.

-En materia d e Turismo, el Lago de Sanabria es el epicentro de la provincia en verano. Ustedes han tenido una cierta polémica con el Ayuntamiento de Galende, y también con el de Muelas del Pan, que reclamaba más ayuda para poder abrir sus playas. ¿Cuál es la solución para estas controversias y para dar seguridad a las zonas más frecuentadas?

-Lo primero que tengo que decir es que el diputado de Turismo tiene todo mi apoyo en sus decisiones y que está haciendo un trabajo excelente por la provincia. En el tema de Galende, nosotros propusimos dos personas a tiempo completo y es lo que han aceptado desde el pueblo. Ayer mismo - por el jueves - nos ha llegado un requerimiento aprobando nuestro planteamiento. Si el alcalde luego sale a la prensa, sus razones tendrá. En todo caso, el Lago de Sanabria es un punto neurálgico para la provincia. Como dijo el diputado, no tiene nada que ver con la zona de Ricobayo. El embalse es más turismo local, y creo que el Ayuntamiento de Muelas del Pan tiene personal suficiente para poder acometer esas vigilancias.

-Más allá de la pandemia, usted se ha implicado mucho en el proyecto de la biorrefinería de Barcial del Barco. ¿Confía en que la iniciativa se plasme durante este año a pesar de los posibles perjuicios de la situación sanitaria?

-Siempre he confiado en el proyecto de la biorrefinería. Prácticamente lo primero que hicimos al entrar a la Diputación fue ponernos en contacto con los promotores y ofrecerles nuestro apoyo. Ya no solo verbal, sino con hechos. Hay una partida de 315.000 euros en el presupuesto para la adquisición del terreno, y estamos ya trabajando en ello. Hemos externalizado el trabajo a través de una consultoría, tenemos trabajados los pliegos y contamos con la valoración del peritaje de los terrenos. Sería bueno para la provincia si sale adelante. Se van a generar muchos puestos de trabajo directos e indirectos y se va a constatar que, cuando un emprendedor tiene un sueño en Zamora y quiere hacer las cosas, se puede llevar adelante. Ellos han hecho su trabajo, tienen la financiación y me atrevo a decir que es probable que a finales de año la primera piedra de Barcial del Barco sea una realidad.

-¿Cree que lo será también Monte la Reina?

-Depende menos de nosotros y más del Estado. Espero que sea una realidad y vamos a colaborar en lo que esté en nuestra mano. A mí lo que me sorprendió es que nos pidieran financiación cuando nunca se había hablado de ello, al menos mientras yo he estado como presidente. Creo que el dinero tiene que partir del Ministerio. Nosotros tenemos lo que tenemos, y en inversiones de 80 millones de euros poco tenemos que decir. La ministra se comprometió aquí y, como digo, ha llegado el momento de los hechos y no de las palabras.

-Hablando de inversiones más modestas, ha habido un cambio a la hora de promocionar desde la institución los productos de calidad de Zamora. ¿La pandemia también obligará a reconsiderar proyectos planteados, como la apertura de una tienda en Seúl?

-Hemos suspendido algunas ferias que volveremos a retomar si lo permite la situación sanitaria. También hemos creado la marca Exquisiteza, con esos pequeños productores que estaban fuera de Alimentos de Zamora. Ahí están las setas, las moras, vinos que no se encuentran dentro de las denominaciones de origen, el vermú... Yo quería darles cabida y promocionarlos fuera de la provincia. Estamos trabajando en algunos acuerdos para ofrecer la potencia que se merecen estos productos. Lo que tenemos en Zamora hay que venderlo fuera. El tema de la tienda de Seúl no lo hemos dejado. Va más ralentizado, pero viajaremos allí cuando la situación sanitaria lo permita y ya tenemos un sitio mirado. Desarrollo Económico es un área que queremos potenciar y todas las iniciativas que tenemos pensadas las vamos a seguir trabajando.

-Antes de ir a Seul, uno de los viajes que prevé hacer próximamente es a Portugal. De hecho, se desplazará en las primeras horas de apertura de las fronteras. ¿Es un gesto que tiene que ver con la prioridad que pretende darle usted a la relación con la zona de Tras-os-Montes?

-Mi relación con Artur Nunes (Miranda do Douro) y Hernani Dias (Braganza) es muy buena, pero esto no es solo cosa del presidente, sino de todo el equipo de Gobierno. Hemos apostado por trabajar el tema transfronterizo y ya hemos puesto en marcha algunas iniciativas. Vamos a ir a visitar el Parque Científico de Braganza, y aquí queremos hacer un proyecto similar. Estamos hablando con la Universidad de Salamanca, pero es probable que también busquemos un acuerdo con Braganza. Vemos que tiene futuro, es una de las inversiones estratégicas que queremos trabajar desde la Diputación y me gustaría que, cuando terminara este mandato, Zamora tuviera un Parque Científico potente, con investigadores y con gente joven que quiera emprender. Lo tengo en la cabeza todo el día, y la visita va en ese sentido.

-Lo que no habrá de momento en el curso 2020-2021 es Robótica en la Universidad de Salamanca.

-Lógicamente, con la situación que tenemos, no. Pero es un compromiso del rector de la Universidad de Salamanca, y es probable que esté en el curso que viene.

-En el tema más político, ha pasado algo más de un año desde que usted dijo que José María Barrios no era la persona más adecuada para ser el vicepresidente de la Diputación, entre otras cosas por sus "injerencias" en el proceso interno para elegir al representante de Ciudadanos. ¿Le ve mejor como vicepresidente o se arrepiente de ese pacto?

El equipo de Gobierno está trabajando bien. En la Diputación se está viendo un cambio y hay una buena línea de trabajo. Todas las áreas están trabajando bien. Concretamente la de Obras, con el vicepresidente primero, está haciendo un buen trabajo; el área de Medio Ambiente está siendo excepcional; en Turismo o en Desarrollo Económico también... Yo creo que se está trabajando en común, con buenas líneas, con comunicación, y hay una estabilidad que es buena para la provincia.

-¿Hasta el punto de poder cambiarse de partido?

-(Risas). Yo estoy muy contento en Ciudadanos, que es un partido bueno para la estabilidad del país. Estamos demostrando que sabemos gobernar y estoy muy a gusto donde estoy.

-En cuanto a la Junta, ¿se ha deteriorado su relación con Francisco Igea desde que empezó el mandato?

-No, la relación sigue siendo buena. Son temas políticos y cada uno tiene que tomar sus decisiones. Él es una persona inteligente, que está haciendo un buen trabajo, y no debe mezclarse el tema político con el institucional.

-Lo que no puede negar es que su entendimiento con el portavoz del PSOE en la Diputación, Eduardo Folgado, se ha ido deteriorando con el paso del tiempo. ¿Esperaba tener un mejor trato con la oposición?

-La relación personal con toda la oposición es buena. Otro tema es la relación política. A Eduardo Folgado le hemos llamado varias veces la atención en el Pleno por sus faltas de respeto. En muchas ocasiones no ha sabido estar a la altura y así se lo hemos hecho saber. También tengo que decir que, por primera vez, desde la institución se ha visitado a alcaldes socialistas, y hay que recordar nuestro compromiso, sin ir más lejos, con el plan de industrialización de Benavente. No miramos los colores políticos y se está atendiendo a todo el mundo.

-En una entrevista concedida a este medio el año pasado, usted dijo que le faltaban datos para saber si había habido clientelismo en la institución. Después de 365 días en el cargo, ¿qué opinión se ha formado al respecto?

-Yo lo que sé es que ahora mismo no está habiendo clientelismo. Se está tratando a todo el mundo por igual, sea del partido que sea. Aquí no va a haber clientelismos, ni favoritismos para nadie.

-¿Cuáles son los problemas principales que le transmiten los alcaldes?

-Pues sobre todo, como decía, el tema de Internet, y también otros inconvenientes, como en algunos pueblos con el agua. Todavía queda muchísimo por hacer.

-Para terminar, le hago la pregunta que planea sobre el futuro de la provincia. ¿Se puede revertir la despoblación?

-Hay que ser sincero, tener los pies en el suelo y saber que esto es un problema estructural, que no viene de ahora, sino de hace mucho. Lo primero es poner condiciones para que la gente pueda venir a instalarse en el territorio, y es lo que estamos haciendo. A la gente mayor también hay que tenerla en cuenta y darle facilidades, y la Silver Economy va en esa línea. Tenemos una oportunidad, a pesar de que haya pocos nacimientos y muchas defunciones, y debemos exigir que Zamora esté en el centro del mapa de la despoblación. En Zamora se da un mix entre desempleo, poca gente joven y envejecimiento. Es decir, un problema grande que hay que convertir en una oportunidad.