La crisis económica después de la sanitaria comienza a notarse en la provincia de Zamora. El Banco de Alimentos está preparado para recibir un aluvión de peticiones ante la previsible destrucción del empleo que todos los indicadores vaticinan. De hecho, ya han sido 500 las familias zamoranas que han tenido que recurrir a la organización durante el coronavirus para poder salir adelante y se espera que el número se incremente a medida que avancen las semanas. Los almacenes están preparados para atender a todos los que lo necesiten, pero eso no puede servir para olvidar lo dramático de la situación. En la actualidad, son 2.500 las personas en Zamora que requieren de este servicio para poder tener un plato en la mesa cada día.

El presidente del Banco de Alimentos de Zamora, Andrés Rincón, ha advertido sobre la situación que sobrevuela la provincia tras la pandemia del COVID-19. "No sabemos el tiempo que va a durar esto, pero lo que sí vemos es que cada día las cosas se están poniendo peor", ha señalado. La organización, que tiene su material en una nave de la carretera de Villalpando, está viendo venir una tesitura muy complicada. "La gente está perdiendo sus trabajos y nosotros estaremos aquí para lo que necesiten; entre todos, tenemos que ayudar", ha manifestado el máximo responsable.

A día de hoy, la situación en los almacenes no podría ser mejor para el Banco de Alimentos de Zamora. Las estanterías están llenas y también las cosas han mejorado en el aspecto económico. "Tenemos que dar las gracias a todas las personas que nos han donado dentro del plan del COVID-19 y también a las empresas zamoranas; gracias a todos ellos, nos encontramos en una situación óptima para afrontar lo que viene", ha señalado Rincón. Igualmente, el responsable ha querido agradecer la ayuda del Gobierno que, a través del Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA), ha repartido ya en la primera fase del programa de ayuda alimentaria casi 22.000 kilos de diferentes productos en el conjunto de la provincia de Zamora.