"Miradas", de la artista madrileña Menchu Uroz, es el título de la exposición de pintura que hasta el próximo 4 de julio se podrá disfrutar en la galería de arte Espacio 36.

-¿Qué supone este regreso a Zamora?

-Estoy encantada de volver a exponer aquí. En la galería Espacio 36 saben llevar muy bien las obras de los artistas y siempre tengo muy buena acogida.

-¿Qué van a poder descubrir los visitantes en "Miradas"?

-Es la última serie que he creado. Aunque mi pintura tiene un estilo muy definido, en esta ocasión he querido hacer un guiño a varios artistas, pero desde mi visión, algo así como el arte dentro del arte. He encogido a mis particulares figuras y las he metido en un espacio arquitectónico, contemplando obras de artistas conocidos de la historia del arte. En todas las piezas hay tres personajes femeninos principales que tienen un hilo conductor con las obras que están en ese espacio.

-¿Cómo se representa ese hilo?

-Las tres figuras presentes simulan a ninfas o musas y tienen un guiño hacia los personajes de los cuadros que reproduzco. Por ejemplo, tocados como la infanta Margarita de "Las meninas" de Velázquez o la paleta de pintura en la mano como Frida Khalo.

-¿Le ha costado reproducir las obra de estos genios?

-No es una copia exacta, sino que he intentando reproducirlos un poco a mi manera. Quizá lo que más me haya costado haya sido encontrar la idea para hacer esta serie, la parte creativa. Luego, para reproducirlos he tenido que meterme en la piel de cada uno de ellos, analizando su obra y sus pinceladas, aunque dentro de mi estilo.

-¿Y la idea de enmarcarlo en un espacio arquitectónico?

-Cada año hago cambios en mi obra que luego voy incorporando y fusionando con lo nuevo y en las últimas series en acuarela me centré en la arquitectura, lo que ha derivado a estas obras de "Miradas".

-Si por algo se caracterizan sus cuadros es por tener a las mujeres como protagonistas.

-Y siempre las suelo hacer con los ojos cerrados, mirando a su interior, tranquilas. En este caso también, aunque estén en un museo. Pero esas mujeres más que con feminismo tienen que ver con feminidad, porque la conozco y me inspira más la mujer, sin tener una lectura feminista. Me decanté por la línea de la figura ya desde Bellas Artes, donde la mayoría de las modelos eran mujeres. Me fui identificando con ello e hice esa elección por la que ahora se me reconoce.

-Y a veces esas mujeres ocupan todo el espacio del lienzo.

-Muchas veces con una gran cabeza, por ejemplo, donde se puede meter también naturaleza. Pero esta vez me ha dado por dar una visión más amplia del espacio.

-¿Se atrevería a definir su estilo?

-La verdad es que no, pero se podría decir que, aunque sea figurativo, también es un poco onírico, porque el espectador ve perfectamente lo que ocurre en cada cuadro, aunque a la vez se observa que no es algo real, sino una escena que recuerda a un sueño.

-¿Con qué técnica se siente más cómoda?

-Me gustan bastante las técnicas mixtas más que una en concreto. Últimamente, trabajo sobre madera, dejando ver parte de ella, y suelo trabajar bastante con dibujo, acrílico y también collage con papeles decorados. Esta vez, en "Miradas", he añadido en muchas de las obras un círculo, que recoge el dibujo. Es algo que le aporta mucho más movimiento a la obra, la dinamiza de alguna manera, porque parece que estás mirando por una mirilla o una claraboya.

-¿En qué gama de colores trabaja?

-Soy muy de blancos, azules y verdosos, con toques de color fuertes en ciertos puntos, como los rojos y naranjas.

-Durante el confinamiento, ¿ha sido de los artistas que no han parado de producir o de aquellos a los que le ha afectado en su vertiente creativa?

-La verdad es que he creado muchísimo al no poder salir de casa. Además, tenía que preparar esta exposición para Zamora y no me he podido distraer. Lo cierto es que he aprovechado mucho todo el tiempo. Dentro de todo lo que ha ocurrido, se puede decir que he sabido sacar partido a la situación.