280 estudiantes de segundo de Bachillerato de la provincia de Zamora son los primeros en volver a las aulas después de que colegios e institutos cerraran sus puertas el pasado 13 de marzo, unas horas antes de la declaración del estado de alarma. La vida vuelve a las aulas, en este caso, con el objetivo de reforzar materia de cara a las pruebas de la EBAU -las de acceso a la universidad-, que en Castilla y León se celebrarán los días 1, 2 y 3 de julio en convocatoria ordinaria (y a mediados de septiembre en extraordinaria). Los centros educativos permanecerán abiertos en días lectivos hasta el día 23 y solo se realizarán clases de preparación en las materias que sean susceptibles de evaluación. Lengua, matemáticas, historia e inglés son las más demandadas. La vida en las aulas dista por tanto aún mucho de acercarse a cualquier cosa que pueda ser considerada normal. Aún así, la foto de los alumnos sentados de nuevo a los pupitres tiene mucho de simbólica.

La preparación de los estudiantes zamoranos será más necesaria que en otras regiones puesto que, una vez más, juegan el partido de la EBAU sin estar en igualdad de condiciones. Once regiones del país permitirán a sus alumnos acceder a los exámenes sin haber aprobado antes todas las asignaturas de segundo de Bachillerato. Castilla y León, Madrid, Andalucía, Cataluña, País Vasco y Murcia son las únicas que no han cambiado de criterio y exigen el aprobado previo para optar a entrar a la universidad. Se trata de una nueva injusticia para los alumnos de la comunidad y de la provincia, que una vez más tendrán que competir con estudiantes de otras comunidades donde acceder a las pruebas ha sido más fácil y donde los exámenes suelen ser menos complicados.

Por lo que refiere a las pruebas, será obligatorio el uso de mascarillas entre los alumnos. Los aspirantes deberán guardar todos sus objetos en una bolsa transparente, las mesas estarán separadas para evitar el contacto y no se podrá compartir ningún tipo de material. Tanto los estudiantes como los trabajadores que participen en la organización de la prueba deberán entregar una declaración responsable asumiendo las normas que en cada momento marquen las autoridades sanitarias y educativas. Asimismo, todos deberán comunicar si tienen síntomas compatibles con el COVID-19.