Acostumbrados a hacer mucha vida de calle, el confinamiento ha hecho a los ciudadanos redescubrir muchos aspectos de sus viviendas a los que habitualmente daba poca importancia, pero que se han demostrado vitales para mejorar la calidad de vida justamente en el sitio donde la desarrollamos, el interior del propio hogar. Contar con terrazas y balcones donde queda al menos una mesa un par de sillas, pasillos y habitaciones más amplios o cocinas que no parezcan un tubo son detalles fundamentales para contar con una vivienda más agradable.

La reflexión no ha pasado por alto a los arquitectos y de hecho, ya sale a relucir en las reuniones (de momento telemáticas) que celebran los responsables del Colegio de León, en el que se integra Zamora. Javier Ferrero Sánchez presidente de los arquitectos zamoranos cree que es posible hacer una arquitectura mejor después de las enseñanzas del confinamiento del COVID-19.

"Que haya un balcón de 80 centímetros en unas calles en las que tienes a los vecinos a doce metros son inútiles. Yo siempre he dicho que un balcón debe tener unas dimensiones suficientes como para que te entre un par de sillas y una mesa, para, si quieres, desayunar mirando a la calle, y el tiempo me ha dado la razón". "¿Qué pasa? que aquí lo que se hacía era "me parece la casa pequeña, cierro la terraza y la añado a la habitación, el salón o la cocina". Una realidad que llevaba al promotor a plantearse "¿para qué voy a poner una terraza si luego a medio plazo el propietario la va a cerrar? Pues ya incluyo ese espacio a la vivienda, hago un ventanal y ya está". Y "los tres metros cuadrados que tenía para el balcón o la terraza de tender la ropa lo incluía en el interior, porque era lo que demandaba el comprado. Era lo que el promotor o constructor de turno te decía que hicieras porque no quiere la gente estas terrazas o balcones".

Terrazas

Esta visión ha cambiado a raíz del confinamiento obligado por el coronavirus: "Ahora es todo al revés", constata Ferrero, ya que se ha visto la importancia de "terrazas y balcones que tengan luminosidad, que sean amplias". O, en el lado opuesto, los inconvenientes de las ventanas protegidas con rejas, "unos elementos que a veces reconozco que pueden ser necesarios para la seguridad sobre todo en las plantas inferiores, pero en general son arquitectónicamente feos. Durante el confinamiento he visto a gente por la tele asomada a los balcones con rejas, que no podían ni sacar la cabeza para ver al vecino de al lado y aplaudían entre los barrotes".

En definitiva, considera el arquitecto zamorano, "la gente se han ido percatando de detalles que para la vida diaria ni son cómodos ni agradecidos a la vista". El urbanismo debe buscar, por ejemplo, calles más amplias, con arbolado y vegetación, para no tener "al vecino de enfrente a doce metros" o evitar que el edificio del lado no te produzca una sombra continua en invierno. "Eso se tiene que valorar". También pide a los promotores, dejar más liberad al arquitecto para diseñar los espacios. "No te puedes quedar en los mínimos legales".

Habitaciones

Por ejemplo, "la normativa dice que una habitación tiene que ser de seis metros cuadrados o una doble de nueve, pero no te vayas al mínimo porque vas a necesitar poder abrir bien las puertas del armario, estar cómodo, poder moverte, colocar una mesa de escritorio para el hijo que sea amplia, el techo que no esté a la altura mínima justa de 2,5 metros, que no tengas que meter la cama a la larga sino que puedas hacerlo perpendicular a la pared con una achura mínima de 2,60. Todas esas cosas déjaselas al proyectista que es el que las tiene más en cuenta. Los recorridos que no sean largos dentro de la vivienda, que la cocina no sea un tubo, aunque la utilices solo para cocinar y comas en el salón, todas esas cosas déjaselas al proyectista y no vayamos a sota, caballo y rey, diciendo no quiero que las habitaciones sean amplias porque solo se va a dormir". Yo he tenido clientes que me dicen, "no, un patio de tres metros. Pero levantarte todos los días y ver un muro a tres metros no es agradable. No, si solo es para dormir. Ya pero anímicamente te afecta aunque tu no lo estés notando, te afecta a largo plazo. Y ahora se ha visto que más cuando estás realmente encerrado".

Pasillos

El mínimo de un pasillo "son 80 centímetros, pero te acuerdas del que lo hizo cuando tienes que meter el colchón de la cama o el somier que no te entra por la puerta. Puedes dejar un pasillo cómodo de un metro, metro veinte. Cuando estas en silla de ruedas o un familiar también se nota eso de decir ¿por qué no habré cogido una casa de otra manera?".

"Ahora, reflexiona el arquitecto, a lo mejor los compradores de pisos van a pedir eso o como están diciendo irse a los extrarradios a casas grandes, con piscina y jardín. No se si llegará a esos extremos, pero lo que yo espero que la gente no olvide, porque tenemos memoria de pez. Ya gente se olvida de los problemas a los dos meses. Quiero pensar que esto va a quedar en la conciencia de la gente y va a seguir queriendo ese tipo de arquitectura". Porque "no es incompatible hacer vida de calle, como la que llevábamos y esperemos sigamos llevando y hacer más agradable la casa donde pasamos también gran parte de nuestra vida".

Javier Ferrero vive "en un pueblo y lo que pensé cuando empezó todo esto es que igual la gente quiere volver a vivir en los pueblos, porque es una vida, en este sentido, más agradable. No sólo hay Madrid o Barcelona, hay más sitios, Zamora capital y provincia, o Soria, Ávila o Palencia".

Y es que sobre todo en las grandes ciudades abundan "ese tipo de infraviviendas, mal iluminadas, mal ventiladas o interiores, que dan a patios. Los psicólogos hablaban de que va a ser una época de depresiones por ese tipo de viviendas.

Eso si, explica, "el arquitecto llega hasta donde el promotor o constructor de turno, quien haya hecho la promoción de viviendas, le exige lo que quiere hacer. Otra cosa es que nos dejaran libertad, porque los edificios serían totalmente diferentes tanto en diseño, recorridos y las fachadas".

Estilo

"El otro día nuestro decano lo decía, a finales del siglo XX y principios del XXI no va a haber un estilo arquitectónico claro. Porque está muy definido tanto por el promotor que ve la casa desde otro lado, quiere que sea como la de las Américas o como ha visto no sé donde o por la normativa que es tan cerrada que no te permite diseñar una arquitectura moderna diferente. Hago vivienda en el mundo rural y la normativa te dice que los huecos siempre tienen que ser en vertical, el ancho no puede exceder del metro, han de ser más largos que anchos...Dices, estoy haciendo arquitectura tradicional de los siglos XIX y XX, no lo que yo estudié".