"Muy aparatoso, minucioso y con horas de trabajo por delante". Así define la maniobra Iván Alonso, el gruista al frente de los trabajos de excarcelación de la máquina del tren siniestrado el pasado martes en La Hiniesta (Zamora) y que se saldó con dos fallecidos, un herido grave y otros seis más leves.

Lo más complicado de la operación ha sido enderezar la máquina de cabecera del convoy, muy agarrada a las vías del tren y con un peso que supera las 75 toneladas. Tres grúas de alto tonelaje han sido necesarias para la maniobra, que comenzó el pasado miércoles con las tareas de allanamiento del terreno y que continuarán en las próximas horas con el traslado de la máquina a un camión para su transporte hasta Madrid, donde Renfe tiene su taller central para su examen. Hasta allí irán también el resto de vagones, que aún permanecen en las vías del tren en el apeadero de La Hiniesta y cuyo traslado se producirá, también con estas grúas, en los próximos días hasta concluir la operación. El peso de estos elementos ronda las 16 toneladas cada uno. No obstante, todavía resta la carga de un segunda máquina de grandes dimensiones que también tendrán que enderezar y cargar.

Durante los próximos días, las tareas se centrarán en izar y cargar los vagones, unas labores que podrán alargarse incluso más allá de esta semana, según las previsiones de algunos de los operarios que trabajan en la zona.

Iván Alonso, de Grúas Palencia, estuvo también con sus grúas al frente del grave accidente de Linarejos. En este caso, lo más complicado para él y sus operarios ha sido "conseguir enganchar la máquina de la forma más adecuada para llevarla a su posición inicial", un proceso para el que han tardado varias horas. Durante la operación conjunta, además de Grúas Palencia ha intervenido la también empresa zamorana Grúas ETU.