Una de las clientas que ayer compraba en el mercado semanal de El Puente se despedía de la vendedora con un más que esperado "¡Hasta el próximo lunes!". Con muchas ganas y cumpliendo la obligatoriedad de llevar mascarillas, vendedores y clientes coincidieron tras casi 80 días de separación. Y la separación aún continuó en ventas y compras donde mayoritariamente se mantuvo la distancia y las buenas formas en un día de mercado donde solo hubo puestos de comida y planta para los huertos

Para salir de estos casi dos meses y medio de encierro el ambiente fue tranquilo y bastante concurrido, para estrenar el mes de junio. Las compras en los puestos se hicieron de manera ordenada y con colas en los puestos más demandados. Se restituyeron las rutas de autobús al Mercado desde diferentes municipios, con las mascarillas reglamentarias y el distanciamiento entre ocupantes, como ratificaba Paco Álvarez.

"¡Quién lo iba a decir, estamos desentrenados después de estos dos meses de vacaciones y toda la vida trabajando, pero teníamos muchas ganas!", así se expresaba Paqui Blázquez Tejuela vendedora habitual de embutidos y bacalaos. El madrugón para instalarse en la feria semanal no ha sido nada "los que estamos acostumbrados a madrugar no lo notamos" afirma mientras despacha unos lomos de bacalao a una clienta, que por el trato parece de las habituales.

"Con mucho trabajo y procurando ir quitando el miedo aunque tenemos todas las medidas de seguridad" explicaba este primer día de mercado en El Puente César Lobo Gallego de San Pedro de la Viña. La seguridad que se ha adoptado desde el Ayuntamiento es que todos los puestos estaban rodeados de cinta para mantener un perímetro de distanciamiento con el público y un distanciamiento holgado entre puestos. Van tomando contacto con la clientela "despacito" y "por suerte aquí ha sido poco".

César es consciente de lo que dice porque otro de los puntos que frecuentaba era La Bañeza. "Llegó un momento que dejé de preguntar porque a cualquiera que preguntaras había tenido algún familiar". Reconoce que "si tomamos medidas todo va a ir bien". Los sementijos para el huerto vuelan en pocas horas. El desabastecimiento de planta se traduce en una demanda de planta de tomate, pimiento, cebollas, berenjenas, repollos, sandías injertas y un largo etc.

El mercado mantiene una vinculación muy estrecha entre los compradores del centenar de pueblos que engrosan la comarca, con los vendedores que se desplazan desde todas las comarcas y la capital zamorana y de provincias aledañas.

Veinticinco años llevan los fruteros de Toro vendiendo en la plaza. Jesús González dice delante de una clienta que "esta señora me conoce desde que era niño, que venía ya al mercado". Después de estos 80 días de espera "esto va a más" y "esta semana hemos empezado" y la reincorporación "deseando". El trabajo se acumula para este puesto en el que atienden tres personas a destajo.