La hostelería de Zamora se prepara para su segunda semana en la fase 1 con una cierta preocupación por las lluvias que prevé la Agencia Estatal de Meteorología. Después de una última semana de mayo marcada por las altas temperaturas y por la cada vez más habitual presencia de los ciudadanos en las terrazas, las precipitaciones aparecidas en las últimas horas suponen solo el preludio de lo que ocurrirá en los próximos días.

Según la Aemet, el riesgo de lluvia será una constante durante toda la semana. Sin ir más lejos, hoy mismo, la previsión augura la presencia de tormentas, especialmente durante la tarde, y aunque el martes el cielo podría dar un respiro, a partir del miércoles las precipitaciones volverán a asomar, acompañadas además de un descenso progresivo de las temperaturas.

Cabe destacar que las máximas continuarán situándose en torno a los treinta grados durante los próximos días, pero en la segunda mitad de la semana se prevé una bajada que podría traer consigo un descenso de diez grados en los termómetros. De hecho, la previsión para el viernes y para el sábado apunta a una elevada probabilidad de lluvias, con valores que no superarán los veinte grados. Nada que ver con los primeros días de la fase 1, en los que las terrazas aprovecharon para iniciar lo que será una lenta recuperación de la actividad.

Así las cosas, lo lógico es que estos negocios sufran especialmente las inclemencias del tiempo. Como es sabido, Zamora seguirá hasta el 8 de junio dentro de la fase 1 que, entre otras restricciones, impide que los hosteleros puedan atender a la clientela en las dependencias interiores, una circunstancia especialmente perjudicial cuando la lluvia hace acto de presencia.

No en vano, ya este domingo, la estampa de jornadas anteriores, con terrazas concurridas a pesar de los metros de separación, fue mudando hasta presentar imágenes de calles vacías y mesas sin gente, a la espera de un momento más favorable para ese reencuentro tan deseado.

En los pueblos, también podría notarse esta circunstancia, aunque la mayoría cuenta con la posibilidad de atender dentro a sus clientes, después de la flexibilización de las restricciones para los municipios de menos de 10.000 habitantes que aprobó hace diez días el Gobierno.

Lógicamente, la hostelería ha sido uno de los sectores más perjudicados por el confinamiento, con cierres totales de los negocios que se han prolongado, en el caso de Zamora, durante dos meses y medio, por lo que sus responsables necesitan que la actividad regrese al ritmo habitual cuanto antes.