Se cumplen dos meses y medio desde que las guarderías y escuelas infantiles privadas de Zamora y Morales del Vino se vieron abocadas al cierre por el estado de alarma decretado por el Gobierno debido a la crisis sanitaria, y en este tiempo pocas dudas se han disipado en cuanto al futuro de estos negocios. Este hecho ha llevado a los profesionales a temer no poder superar la crisis si no se actúa con rapidez por lo que desde la Agrupación zamorana, incluida en la red de Castilla y León, piden a las autoridades soluciones y medidas e insisten en que viven con "incertidumbre, desconcierto y preocupación" la ausencia de directrices claras en su sector.

Con el reto de clarificar su futuro más inmediato, se ha pedido de forma oficial a las autoridades competentes que les comuniquen en qué situación se encuentran estos centros privados que atienden a cientos de familias en la provincia y recordaron que la pasada semana se supo que los centros públicos educativos en la etapa de 0 a 6 años no abrirán hasta el próximo mes de septiembre "dejándonos desamparados a los centros privados que venimos realizando la misma actividad". Con este panorama confían en que en los próximos días les den opciones, aunque también recuerdan las particularidades de su negocio, una circunstancia que no hace más que incrementar la preocupación de estos profesionales. En este sentido consideran "inviable" que se puedan respetar las medidas de seguridad y distanciamiento ya que "con los niños de 0 a 3 años el trabajo profesional que se desarrolla se basa en el contacto físico y cercanía: cambios de pañal, juegos, dar comidas, consuelo cuando lo necesitan, abrazos, besos, limpieza de mocos?", enumeran desde la Agrupación.

Asimismo, expusieron que si se les permite abrir exigiendo unas medidas de seguridad de distancia y ratio, que creen que tampoco evitarían que se produzcan contagios, se producirá una situación inviable a nivel económico para estas empresas. A este respecto matizaron que "con las exigencias que venimos observando en otros sectores, los centros educativos privados nos veremos abocados al cierre por una situación económica insostenible".

Por otro lado, si como ocurre con los colegios y centros infantiles públicos les obligan a cerrar hasta septiembre, indicaron que perderán matrículas y clientes, además del trastorno para las familias que necesitan de sus servicios durante los meses estivales, y todo podría terminar en la quiebra para muchos negocios que no soportarían tanto tiempo de parón. La última opción que barajan es la de que dejen la decisión en sus manos, pero recuerdan que no son expertos en sanidad y prevención y necesitan unas guías de las autoridades en las que basarse, y que permita una seguridad en niños y trabajadores. Con todo, insisten en su deseo de abrir, trabajar y dar servicio, pero piden ayuda a las autoridades para que les marquen el camino con la mayor seguridad para todos sin que eso suponga un gasto inasumible para los profesionales del sector que, subrayan, son centros "de carácter educativo no meramente asistencial".

En busca de su propósito de que les permitan la reapertura en condiciones seguras, la Agrupación de Guarderías Privadas de Castilla y León, y por ende de Zamora, tienen en marcha una recogida de firmas en change.org.