"Ya se nota otra alegría en el pueblo, que la gente se pueda tomar una cerveza o un café, aunque sea en la terraza del bar ya es un triunfo" apunta Roberto Fuentes, alcalde de Carbajales de Alba. Es uno de los pueblos de las siete zonas básicas de salud, con casi 18.000 vecinos, que hoy da un gran salto hacia la normalidad al entrar en la fase 1 de la desescalada. Los tres bares y el restaurante del pueblo abren sus puertas con la tranquilidad de que dispondrán de espacio sobrado para garantizar las distancias. "Van a tener cuatro metros entre mesa y mesa, la gente puede estar tranquila y los hosteleros trabajarán cómodamente" precisa Fuentes.

Este parón ha sido aprovechado por los hosteleros para reformas, limpiezas, pinturas y una puesta a punto muy deseada. "Todo el mundo quiere arrancar ya y seguro que mañana (por hoy) a las 8 ya hay gente pidiendo un café". Abrirá también el tanatorio, con un límite de 10 personas y 15 en el cementerio; "es otra tranquilidad para la gente porque ha sido muy duro no poder despedir a los seres queridos".

No lo tiene tan claro en alcalde de Alcañices, Jesús Lorenzo, quien explica que abrirán las tiendas, pero no todos los bares, ni siquiera todos los que tendrían la posibilidad de hacerlo por disponer de terraza, ya que hay dudas con respecto a la rentabilidad de funcionar con el 50% del aforo. Llama a la prudencia y evitar que llegue gente de otras zonas de forma descontrolada.

Los alcaldes han tenido que recurrir a la lectura detenida del BOE para saber a qué atenerse, ya que de momento ninguna autoridad del Gobierno o la Junta les ha dicho nada.

Félix González, alcalde de Villalpando, destaca el deseo de los vecinos de "volver a la normalidad", pero a la vez "tenemos miedo de que esto se pueda desmadrar" al activarse la libertad de movimiento entre los pueblos de la zona. "Nadie lleva en la frente el sello de que esté libre del virus y eso genera mucha preocupación e inseguridad" precisa el regidor villalpandino.

Es el mismo temor que expresa Claudio José Delgado Ferrero, alcalde de Santibáñez de Vidriales quien cree que el paso a la fase 1 beneficia sobre todo a comercios y bares. Lo que más teme es que se de una avalancha de visitantes a segundas residencias, y que puedan dar al traste con el buen control de la epidemia en unos pueblos con mucha gente mayor y que por tanto viaja menos.

El pase a la fase 1 de la desescalada recupera la actividad comercial y en Villalpando muy especialmente de la hostelería. "Se darán todas las facilidades para que bares y restaurantes amplíen espacio en la calle, siempre sin entorpecer la peatonalización".

Tábara ampliará también el espacio para las terrazas de los bares con el fin de garantizar el distanciamiento entre mesas y personas. Así lo confirma el alcalde, Antonio Juárez, quien junto a otros miembros del equipo de gobierno se reunió ayer con los hosteleros de la villa para concretar las medidas de cara a la apertura de los establecimientos a partir de hoy. Otra de las novedades de esta fase de desescalada afectará al mercadillo de los sábados, que se recupera en Tábara, aunque limitado a productos de alimentación y plantones para huertas. "Garantizaremos las distancias entre los puestos y apelamos a la responsabilidad de la gente para que también lo haga y venga exclusivamente a comprar lo que necesita" explica el alcalde tabarés, quien precisa que el mercadillo se limita a productos de primera necesidad.

El alcalde de Lubián, Felipe Lubián no cree que la nueva fase suponga grandes cambios para la gente de Alta Sanabria, dada la casi total ausencia de tiendas que no sean de alimentación, aunque sí permitirá abrir los negocios de hostelería. Aunque reconoce que en esta zona "tampoco estábamos lejos de nuestra normalidad" si se notan nuevas necesidades, y por ello se ha ampliado el servicio de catering del comedor social para atender a las familias necesitadas.