Los alcaldes de los 80 municipios que cambiarán a la fase uno a partir de mañana participarán en una videoconferencia con responsables de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para garantizar el control y la seguridad de sus vecinos. La particularidad de Zamora que, como el resto de Castilla y León, entrará en el nuevo marco de la desescalada por zonas de salud y no como unidad provincial, hace que haya que extremar la vigilancia absolutamente en todas las carreteras y caminos rurales, con el objetivo de que los ciudadanos no se salten las normas de desplazamientos entre municipios. Un arduo trabajo que requerirá de la colaboración de todos los estamentos y para la que las autoridades piden la máxima colaboración de los zamoranos.

Finalmente, la provincia de Zamora colocará siete zonas básicas de salud en la denominada fase uno de la desescalada. En total, serán 18.803 personas las que cambiarán de criterios de confinamiento en la provincia de Zamora, repartidas entre las 4.839 en la zona básica de salud de Aliste, 552 en Alta Sanabria, 1.977 en Vidriales, 2.982 en Corrales, 3.545 en Tábara, 1.182 en Carbajales y 3.726 en Villalpando. El resto de la provincia deberá mantener la fase cero hasta que la Junta de Castilla y León considere que cada zona básica de salud cumple con los criterios autoexigidos. Aunque, tal y como aseguraba ayer Verónica Casado, la manera de proceder puede cambiar. "Somos prudentes, pero podemos decir que estamos barajando ajustarnos a la unidad territorial que marca el Gobierno", indicaba. Esto es, la unidad provincial.

Los vecinos de la zona básica de Corrales del Vino finalmente sí entrarán en la fase uno a partir de mañana. A pesar de que la Junta de Castilla y León había apartado a esta área de la primera tanda de la desescalada, el Gobierno ha decidido dar luz verde a que las 16 localidades que la componen puedan levantar un poco la mano con las restricciones desde este lunes. La consejera de Sanidad, Verónica Casado, ha aclarado que el criterio siempre ha sido el de "esperar" con estos municipios y sus pedanías. No obstante, tras su inclusión en la lista de territorios que cambian de fase, la dirigente ha querido afirmar que sus habitantes "no están en riesgo" y que mantendrán una vigilancia estricta sobre los posibles casos y las confirmaciones PCR aún pendientes.

La ordenación sanitaria del territorio dejará una serie de peculiaridades en este punto del confinamiento en que la provincia está dividida entre las fases cero y uno. Ese será el caso, por ejemplo, de Figueruela de Sayago. Esta localidad, perteneciente al municipio de Peñausende, se encuentra integrada en la zona básica de salud de Sayago, mientras que Peñausende está bajo la influencia del área de Corrales. Por eso, los vecinos de Figueruela deberán permanecer en fase cero, mientras a menos de ocho kilómetros ya dan los primeros pasos en el desconfinamiento.

Un caso similar, aunque a la inversa, vivirán los vecinos de Villaluengo, que pertenecen al municipio de Rionegro del Puente, pero están incluidos en la zona básica de salud de Vidriales, área que cambia de fase. La cabeza de municipio, por el contrario, está integrada en el área de Carballeda y deberá aguantar unos días más los estrictos criterios marcados por el Gobierno dentro de la fase cero. En la zona de salud de Tábara, igualmente, Otero de Bodas cambiará de fase, pero no su pedanía Val de Santa María, perteneciente también al área de Carballeda.

San Pedro de las Cuevas, por último, se libra por muy poco del capricho de la ordenación territorial y los cambios de fase. Como los anteriores, esta localidad no pertenece a la misma área de salud que su ayuntamiento matriz, Santa Eufemia del Barco. Sin embargo, las dos zonas básicas en las que se integran, Tábara y Carbajales respectivamente, saltarán al mismo tiempo hacia la fase uno de este desconfinamiento.

A partir de este lunes, en todos estos pueblos se permitirá la apertura de establecimientos y comercios de hasta 400 metros cuadrados y sin cita previa. Eso sí, con obligación de establecer horarios preferentes para atender a las personas mayores y vulnerables. Además, se podrán celebrar velatorios con un máximo de diez asistentes en recintos cerrados, mientras que la comitiva fúnebre pasa de tres a quince personas. Las administraciones de lotería también podrán abrir al público y se autorizarán mercadillos al aire libre al 25% de capacidad. Los bares podrán tener abiertas sus terrazas a un 50% de su capacidad.