El Gobierno autorizó en la tarde del viernes que siete zonas básicas de salud de Zamora inicien la fase 1 de la desescalada el próximo lunes, lo que implica que casi 18.800 zamoranos podrán desplazarse con familiares en coche, abrir las terrazas de los bares, comprar en tiendas con cita previa o acudir a velatorios con un máximo de 15 personas o a misas con un tercio del templo como aforo máximo. El anuncio del Ministerio de Sanidad supone que da luz verde a la propuesta inicial de la Junta de Castilla y León, confeccionada a mediados de semana, y no a la presentada (y anunciada) en la mañana de ayer, que excluía la zona básica de Corrales, debido al aumento de casos, nueve, provocados, tal y como señaló la consejera de Sanidad, Verónica Casado. A última hora del viernes, la Junta comunicaba que estaba a expensas de recibir la confirmación oficial.

Tal y como refleja el ministerio, las zonas que pasan a la fase 1 serán Corrales, con 2.982 habitantes, Alcañices, con 4.604 habitantes, Alta Sanabria, con 521, Carbalajes de Alba, con 1.121, Vidriales, con 1.850, Tábara con 3.358 y Villalpando con 3.578. Estas dos últimas superan el corte a pesar de haber sumado 1 y 4 positivos respectivamente.

Asimismo, la provincia tiene varias zonas básicas que están a punto de conseguir el color verde como Carballeda o Tera que mantienen un solo caso en la última semana, Campos Lampreana, con dos o Sanabria con 3 casos. Estas zonas se podrían ir incorporando a la fase 1 a medida que alcancen el color verde de cero casos sin necesidad de espera 14 días, sino cada semana.

Grandes poblaciones

Lo tienen mucho más crudo las grandes poblaciones. Benavente es la mejor posicionada, con 36 casos entre las dos zonas que confluyen en la ciudad y comarca y quedan mucho más alejadas la capital, con 152 casos en una semana y sobre todo Toro, la única que pasa a color rojo, con 115 casos, debido al incremento de test realizados. Ayer por la mañana, la consejera de Sanidad aclaró que estas zonas tampoco tendrán que esperar a tener cero casos, pero sí a que los contagios comunitarios se reduzcan al mínimo para poder regresar a la fase de contención, es decir, el aislamiento y evaluación de los contactos cuando se detecte un caso positivo.

Eso sí, de refuerzo de la Atención Primaria, mucha promesa pero ninguna concreción. La consejera dijo que de momento se tirará con lo que hay y según se vayan viendo las necesidades se irán reforzando los centros de salud donde haga falta. Se tardará en recuperar la atención en consultorios, debido que aún habrá que tener dos circuitos, para pacientes COVID y no COVID.

Donde sí se están arbitrando planes de desescalada es en los hospitales, con el fin de ir retomando actividad programada y de consultas debido a que la situación lo permite.