El impacto de la pandemia en la cultura y el turismo preocupa y mucho al Ayuntamiento de Toro, porque en los últimos años se han convertido en dos pilares básicos de desarrollo y de futuro. El alcalde, Tomás del Bien, ha reconocido que el "parón" en ambos sectores supone un "mazazo" para la ciudad, porque se habían consolidado como un revulsivo muy importante para la economía local. A nivel cultural, Toro había comenzado a "despuntar como una ciudad reclamo" por su amplia diversidad de eventos y que también tenían una repercusión positiva a nivel económico en el comercio o en el sector servicios, para los que el negocio asociado al ocio suponía un "colchón" con el que afrontar los meses de menor actividad.

La imposibilidad de acoger a los turistas o de celebrar eventos culturales, según Del Bien, suponen "un desastre", por lo que será necesario trabajar intensamente para que ambos sectores puedan recuperarse no solo cuando finalicen las restricciones del estado de alarma sino a más largo plazo, ya que "a la gente le va a costar tiempo tener confianza para salir, viajar, reunirse o asistir a un concierto". Las primeras consecuencias de la actual situación en el plano cultural son el aplazamiento de los festivales "Wildlife" y "Vintoro", mientras que el ciclo "Noches de Toro" y el de música clásica "Jesús López Cobos", están "en el aire". Además, el Ayuntamiento baraja la posibilidad de que tampoco puedan celebrarse en agosto las ferias de San Agustín o la fiesta de la Vendimia de octubre, porque "dudamos de que podamos llegar a esa época en una situación normal".