Un decepcionado sector turístico ha exigido a las administraciones que apliquen un plan de choque para poder salir del bache. Con la más absoluta incertidumbre sobre la temporada de verano, los profesionales de hostelería reclaman atención "específica" para sus intereses al igual que se ha hecho con otras parcelas de la actividad económica.

La Asociación Zamorana de Empresarios de Hostelería (Azehos se ha unido con sus homólogas de Castilla y León para hacer frente común ante la Junta y los ayuntamientos, con medidas concretas que solicitan para paliar la precaria situación de quienes han sido "los primeros en cerrar y, seguramente, los últimos en volver a abrir". Medidas, principalmente fiscales y laborales, que buscan que la reactivación sea lo menos traumática posible para estos establecimientos.

Una de las medidas que con más vehemencia reclaman desde la hostelería es el mantenimiento de las condiciones del ERTE de fuerza mayor, con sus bonificaciones, durante los doce meses posteriores a la finalización de la suspensión de la actividad. De esta manera, se podría "reincorporar de manera gradual" a los trabajadores y ajustar así la apertura a las necesidades de trabajo. Además, de cara al Estado, se pide la exoneración de la totalidad de las cotizaciones por aquellos trabajadores en régimen general que vayan incorporándose a sus puestos de trabajo durante este año 2020.

En cuanto a políticas municipales y autonómicas, se solicita a estas administraciones la suspensión o reducción proporcional del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) y el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica relacionados con la actividad, además de suspender las tasas municipales en este 2020 y bonificarlas en el año 2021.