Aunque las medidas de confinamiento se mantendrán durante unas semanas, la estrategia para la futura desescalada empieza a ganar terreno mediático y también a copar una parte de la discusión política y del debate en el seno del propio Gobierno. De hecho, este domingo, el tema se puso sobre la mesa durante la Conferencia de Presidentes en la que volvieron a participar todos los dirigentes autonómicos junto al propio Pedro Sánchez.

Desde Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco abogó por fijar "unos criterios y condiciones unánimes, iguales para toda España", que se deberían aplicar una vez se den las circunstancias idóneas desde el punto de vista de la disminución de los contagios, de la llegada masiva de test y de la capacidad de respuesta sanitaria. Ahora bien, el presidente de la Junta advirtió de que "el cómo y el cuándo" tendrían que "adaptarse a cada comunidad, a cada provincia o a cada municipio".

En ese sentido, todo apunta a que podría haber determinadas zonas que iniciaran la desescalada antes que el resto, ante la escasez o inexistencia de casos en sus entornos. Zamora en general es una provincia que ha resistido mejor que el resto de la región el golpe de la pandemia, aunque la realidad varía en cada pueblo, según el mapa de incidencia que publica la Junta de Castilla y León.

Así, ante una hipotética desescalada que tuviera en cuenta la realidad municipal, varias Zonas Básicas de Salud de la provincia presentan tasas de contagio muy bajas. Esto ocurre, por ejemplo, en la parte que engloba a Carbajales de Alba, Losacino, Losacio, Manzanal del Barco,Olmillos de Castro, Santa Eufemia, Vegalatrave y Videmala, con un solo positivo que representa un 0,09% en relación con el número total de cartillas sanitarias.

Algo similar ocurre en la zona de Vidriales, con Ayoó, Brime de Sog, Cubo de Benavente, Fuente Encalada, Granucillo, Molezuelas de la Carballeda, Santibáñez,Uña de Quintana, Valleluengo y Villagériz clavados en un paciente acumulado entre todos. En este caso, además, el número de cartillas es superior a la de la citada zona de Alba, lo que habla de una incidencia casi nula del coronavirus.

La Alta Sanabria, con tan solo dos casos, cierra el trío de Zonas Básicas de Salud con menos contagios detectados de la provincia. Estos territorios están, además, entre los menos castigados de la región, habida cuenta que solamente la parte de Sedano, en Burgos, carece de pacientes registrados o declarados.

En lo que se refiere al resto de la provincia, el avance de la enfermedad también es moderado en comparación con el entorno. De hecho, la Junta de Castilla y León facilita un mapa en el que clasifica las Zonas Básicas de Salud en cuatro grupos en función del porcentaje de contagiados por número de cartillas. Así, el grado más bajo se sitúa entre el 0,2 y el 1,7%; el siguiente se ubica entre el 1,7 y el 3,2; el tercero aparece entre el 3,2 y el 4,7; y la alerta se dispara a partir de esa tasa.

Pues bien, en el caso de Zamora, tan solo La Guareña se sitúa por encima del primer grupo, con 93 personas enfermas y una tasa que supera por escaso margen la frontera de las zonas de menor riesgo (1,77%). El resto se maneja en diferentes realidades, pero sin porcentajes llamativos. De ahí que el pasado sábado la consejera de Sanidad,Verónica Casado, se refiriera a la provincia como un territorio "muy blanquito", en alusión a la ausencia de comarcas excesivamente castigadas por la pandemia, siempre en comparación con otras realidades de la comunidad.

Y es que, aunque la coyuntura es muy delicada en el conjunto del país, hay que destacar que, si La Guareña es el territorio con más tasa de contagiados de Zamora con un 1,77% de enfermos por COVID-19, el resto de las provincias de Castilla y León tiene al menos una zona que registra niveles por encima del 3%; en según qué casos, incluso superiores al 6%. Habrá que ver si esto se tiene en cuenta realmente a la hora de iniciar una desescalada que, por el momento, tendrá que esperar.