Pajareros profesionales, vocacionales y aficionados suman cada día aves avistadas desde su confinamiento en casa al blog de José Alfredo Hernández. Son más de 134 especies las registradas hasta el momento, entre ellas, ayer mismo, una de las reinas de los cielos: el águila imperial. Vista desde la misma capital.

El objetivo es, "desde el entretenimiento", conseguir al final de la reclusion impuesta por la pandemia de la COVID-19 una lista completa de las especies de aves que vuelan por la provincia de Zamora y que son contempladas "Sin salir de casa", Tal es el título al que responde la misión puesta en marcha. Es una iniciativa que existe desde hace tiempo, "pero a un nivel más minoritario", y que permite a sociedades ornitológicas o colectivos seguir de cerca el mundo de las aves y registrar especies o testimoniar presencias o apariciones, a veces temporales y otras espontáneas e inesperadas.

"Había una especie de concurso entre aficionados a la conservación de aves que tenía una modalidad de aves vistas desde casa, en la que se indicaban las que se veían al cabo de un año. Con esta situación de confinamiento la idea surgió inmediatamente y la idea era hacerla más extensa y popular, a gente que no era habitual y que sirviera de ocio y para levanter el ánimo en la situación que estamos pasando, y llamar la atención de lo que tenemos en el entorno más inmediato" expresa José Alfredo Hernández.

La respuesta no se ha hecho esperar y son ya cerca de 150 pajareros los que han remitido sus fotos, vídeos o cantos con ejemplares avistados desde las ventanas, el balcón o cualquier otro punto de vision de casa, que es lo admitido. Hernández alude que la puesta en redes de imágenes "no verídicas" o que falsean la realidad, pero subraya que el confinamiento "lleva a fijarnos en cosas que antes nos pasaban desapercibidas y a estar más pendiente del entorno". Destaca la buena participación porque "es una provincia con baja población y no muchos aficionados a la aves". "Algunos no tienen ni idea de qué pájaro es el que está cantando frente a la ventana". El reto del número de especies a observar es importante y Hernández está soprendido de que hasta el momento vayan 135 contabilizadas desde las casas de la provincia. "Es una barbaridad" dice. Algunas son tan cercanas y convecinas como el gorrión, la cigüeña blanca y la paloma, o que ya hacen acto de presencia y eligen las urbes para instalarse como el vencejo.

El listado es nutrido: milano negro, colirrojo tizón, carbonero, estornino, pardillo común, ánade azulón, corneja negra y jilguero, entre otras. "La lista está creciendo con rapidez" expresa. Marzo nialarzo y abril hueveril, expresa el refrán, y es evidente que ahora mismo hay una superactividad de las aves en las proximidades de los nidos y en busca de alimento, en casos, con aportación de los vecinos que tratan de colaborar así en la manutención de unos seres que no siempre lo tienen fácil. Una prueba es la competencia que se da en las mismas calles de la ciudad o la vision de rapaces y oportunistas sobrevolando los edificios para sacar tajada en presas descuidadas, enfermas o crías.

La ubicación de cada observador tiene una consonancia con los pájaros a observar y así quien vive en las Lagunas de Villafáfila y entorno tiene ante sus ojos -si dispone de prismáticos mejor- un importante número de aves acuáticas y especies ligadas a alimento campero, entre otras, la majestuosa avutarda. Como puede observar las grandes carnívoras y necrófagas (buitres, alimoches, perdicera...) quienes habitan en Arribes del Duero. Hernández menciona la visión de la cigüeña negra "en Puebla de Sanabria". o "el halcón peregino en busca de palomas en Zamora capital". La observación ornitológica es otro alicientes que los confinados en casa tienen al alcance, a todas la horas del día y, si escuchan, de la noche.