La consejera de Sanidad, Verónica Casado, informó ayer de que hasta el momento se han desarrollado un total de 9.365 test rápidos para la detección del coronavirus COVID-19 en residencias de Castilla y León, que han sido los primeros centros en los que se han aplicado estas pruebas recibidas, de los que 1.444 han sido positivos, lo que supone el 15%. Además, la comunidad ha llevado a cabo 43.876 pruebas PCR, con 16.161 casos positivos, es decir, un 37%.

Casado explicó que las pruebas se están haciendo "muy rápido" en especial en aquellas provincias con mayor incidencia. "Hemos recibido los test del Ministerio y nada más que los recibimos, los repartimos y empezamos a hacer", aclaró la consejera que aseveró que ya se han estudiado el 90% de las residencias que se consideraban "críticas" porque se había detectado algún caso, mientras que se ha actuado en casi el 50% de la totalidad de residencias de la comunidad.

En relación a los tratamientos para los pacientes leves, la consejera de Sanidad incidió en que a aquellos pacientes de carácter leve que permanecen en casa, se les hace "un seguimiento" y reciben tratamiento con paracetamol salvo aquellos en los que se aprecie que existe o puede haber un problema añadido.

En el caso de que se observe una neumonía sobreañadida, se aplican antibióticos "como se hace en todos los casos de desinfección vírica cuando se sobreinfecta por una bacteria", algo que según aclaró la consejera de Sanidad viene determinado por la situación clínica de cada uno de los pacientes y atendiendo al protocolo establecido.

De la misma forma, Casado cifró en un 33% el número de fallecidos por la COVID-19 entre los casos posibles o confirmados por el sistema Medora.