Médico de profesión y por vocación, Juan Emilio Antón era, por segundo año consecutivo, el encargado de pronunciar la plegaria del Silencio el Miércoles Santo. No pudo ser, pero él deja claro que ahora mismo lo que más le preocupa es la situación sanitaria y poder superar una pandemia que, admite, ha sorprendido al mundo. Con una extensa experiencia profesional -30 años de cirujano, 20 como director del centro médico y 13 como jefe de Sanidad- lamenta la falta de medios de protección para sanitarios y augura que la próxima semana se podría entrar en el nivel "meseta" de contagios. Antón sostiene no ser "semanasantero, aunque sí fiel devoto del Cristo de las Injurias y, por ende, de una cofradía que su abuelo fundó y de la que forman parte muchos miembros de su familia. Las próximas de la saga en pertenecer a ella serán su hija y sus nietas, ya en lista de espera.

-Por segundo año consecutivo no pudo pronunciar la plegaria del Silencio que se le había encomendado.

-El año pasado fue por la lluvia, y ahí nadie puede entrar, y este año ha sido por un asunto mundial, ni siquiera español. Creo que lo de la plegaria es un problema menor en esta situación que estamos viviendo. La Semana Santa es algo más que una plegaria y que unas procesiones. La Semana Santa es un acontecimiento religioso que también tiene su aspecto turístico. A ver si el próximo año no llueve y todo se puede celebrar con normalidad.

-¿Ya le han confirmado que será usted quien la pronuncie el próximo Miércoles Santo?

-No es que me lo hayan dicho o no, pero se entiende. Aunque ya se verá.

-¿Introdujo cambios en el texto a pronunciar del año pasado a este?

-No. El texto está ahí desde el año pasado. Es un texto intemporal, una oración a un Cristo. Es un ofrecimiento de silencio y es algo muy específico. Lo ofreces porque crees en Dios.

-¿Cómo valora la suspensión de la Semana Santa debido a esta pandemia que se vive a nivel mundial?

-Es la principal semana en Zamora. Este año se va a perder dinero pero no solo por la suspensión de la Semana Santa sino porque todas las industrias y comercios están cerrados. Tendremos que ponernos todos a aportar nuestro grano, o nuestro granazo, de arena. Lo primero es la salud y la economía. La gente tiene que tener trabajo, tiene que poder comer... y para eso hace falta que se normalice la situación lo antes posible.

-Como médico, ¿cómo valora esta situación?

-Es la peor pandemia que hemos atravesado los que estamos vivos. Aunque ha habido otras importantes (viruela, sarampión, VIH...) eran de otra manera. Esta ha venido extremadamente rápida, como un tsunami, una explosión y nos ha cogido a todos por sorpresa. Si hubiera sido una infección que viene poco a poco, que la pudiéramos haber controlado... pero ha sido muy brusca, tanto que nos ha pillado desprevenidos en todos los aspectos. Anteriormente ha habido otros coronavirus, como la gripe aviar, pero fueron de una escasa duración, muy localizados, y que se consiguieron controlar rápidamente. Esto ha sido muy diferente a lo anterior.

-¿Qué opina de las medidas preventivas que se han impuesto?

-En todas las infecciones que aparecen a modo de pandemia hay que tener una rapidez enorme en el momento de detectarla. Aislarlo, estudiarlo, ver los contagios que tiene... y si eso se te va de las manos y aparece por más sitios y ya no puedes, la solución es el aislamiento. Esto es algo que se transmite de persona a persona y para que no se contagie hay que aislarlo. Después se tratará a los portadores y a los enfermos sintomáticos. Todo esto nos ha sobrepasado porque en España, e imagino que en Italia también, somos muy mediterráneos y hay quien no se tomó en serio el aislamiento en un primer momento. Creo que si hubiéramos tenido una forma de ser más rígida, hubiera sido distinto, pero aquí no, aquí salimos con el perro vestidos de cofrade por la calle a dar una vuelta... Eso no se puede.

-¿Era evitable esta situación en la que se han alcanzado alrededor de mil muertos al día a nivel nacional?

-Evitable no. Ninguna sociedad estaba preparada para una explosión epidemiológica como la que ha habido. No tenemos los suficientes EPIs (Equipos de Protección Individual). No hay guantes, gafas, mascarillas... y si no tenemos eso, los sanitarios no se pueden cubrir. Segundo, no nos confinamos porque no nos da la gana. A mí me ha dicho mucha gente "me voy a dar una vuelta porque no pasa nada" y eso no se puede porque te pones en riesgo a ti y a los demás. Y después, los elementos para defendernos como las soluciones hidroalcohólicas que no las hay, y las que hay se han confiscado porque las autoridades sanitarias las necesitan. Entonces vas a la farmacia a comprar desinfectantes o mascarillas y no hay. Después están los tratamientos. No conocemos todavía bien este coronavirus pero los antivíricos que existen no los puedes comprar porque están agotados, tampoco hay sedantes para la gente que sufre dolores y con ellos se podrían mitigar. Además están los respiradores, que son fundamentales para que una persona no se muera, si no lo tienes para una persona con insuficiencia respiratoria, se muere. Esto es algo que nos ha superado por completo. Sin respiradores, ni EPIs, mascarillas... así no se puede trabajar, no se puede hacer nada. Lo único que se puede hacer es ganar tiempo para que la enfermedad, ella sola, porque tiene ciclos, alcance un pico de expansión y luego empiece a disminuir. Mientras, nos tenemos que quedar en casa para que no se extienda más.

-En Zamora las cifras son más bajas que la media. ¿Es debido a que no se están haciendo suficientes test?

-Yo no me creo ningún dato. Lo que creo es que, aunque se esté utilizando un metro mal hecho, es el mismo para todos. Si me dicen que ha bajado el número de contagios, eso me tranquiliza porque quiere decir que no crecemos al 20 por ciento sino al 5 por ciento, y habrá un momento en que no crezcamos.

-¿Cuándo cree que llegaremos al pico de contagios?

-Estamos entrando en el nivel que llamamos "de meseta". A lo mejor llegamos la próxima semana a ese nivel que quiere decir que no crece más el número de contagios, que se estabiliza el número de contagios diarios, y de ahí para abajo. Creo que a finales de mes estaremos mejor, pero hay que mantener niveles de protección unos meses porque hay transmisores que no sabemos cuáles son.