Trabajadores de la Residencia Mixta de Benavente, dependiente de la Junta de Castilla y León, han lanzado la voz de alarma ante la falta de personal y medios de protección. Relatan la "impotencia y el abandono" que sienten, con numerosos ancianos presentado síntomas de COVID-19 sin que se realicen test a todos los residentes (ayer empezaron a hacerse estas pruebas) ni a los trabajadores del centro, parte del cual está de baja o aislados con síntomas. Aseguran que en un día han fallecido cuatro residentes y actualmente hay 187 en el centro público. De las 11 enfermeras, cinco se encuentran aisladas por presentar síntomas. "Auxiliares, médicos, personal de servicios, en todos los departamentos hay bajas".

Según los últimos datos confirmados por el gerente regional de Servicios Sociales, Carlos Ruiz de Pablos, en la Residencia Mixta de Benavente hay 1 caso positivo de coronavirus y 22 residentes tienen síntomas compatibles con la enfermedad. Ruiz de Pablos admite la "situación compleja" que se está viviendo en las residencias, sin que la Mixta de Benavente sea ajena, lo que "redunda en un incremento de la carga de trabajo, que intentamos solventar cubriendo las bajas de personal lo más rápido posible". El gerente regional de Servicios Sociales confirma que hoy estaba previsto reforzar la asistencia sanitaria con personal de Sacyl, a pesar de que "es complejo encontrar personal y las bolsas públicas están agotadas".

En cuanto a la dotación de equipos de protección, el personal de enfermería asegura que se ha limitado "a dos mascarillas por trabajador", a pesar de que han solicitado los EPI para protegerse, dado que trabajan directamente con personas infectadas. "Admitimos que lo que se ha repartido es insuficiente, pero estamos atendiendo lo máximo dentro de las disponibilidades" apunta Ruiz de Pablos.

El personal de enfermería denuncia las consecuencias de no haberse cerrado el centro geriátrico cuando empezaron a llegar noticias de Madrid con casos en residencias de ancianos. "El día que cierran en Madrid escuelas y universidades nos damos cuenta de que era algo muy gordo y pedimos que se cerraran las puertas de la residencia a las visitas, a lo que el gerente de Servicios Sociales se niega" precisan. El problema fue que esos días se recibieron "muchas visitas de familiares de Madrid. No podíamos cerrar, pero sí hicimos recomendaciones que no se tomaron en serio. La cafetería llena, los familiares de cuatro en cuatro. Hasta que, por fin nos dan la orden de cerrar, que fue un alivio para nosotros". "Justo una semana después se desata el infierno" describen. Fuentes del personal apuntan que empezó a caer "un anciano tras otro", con fiebres altas, disnea, tos, diarrea, "todos los síntomas que por desgracia conocemos demasiado bien".

Lamenta el personal de enfermería que siguen sin hacerles los test y "a la gente con síntomas leves les obligan a trabajar, aunque pueden ser portadores". El gerente regional insiste en describir una "situación extraordinaria", pero asegura que "se van a realizar inmediatamente, la prioridad son los sanitarios y los profesionales y usuarios de las residencias. Todo el mundo es consciente de que los test no han llegado hasta ayer" argumenta el responsable de la Consejería de Familia, quien insiste en reconocer "la labor tremenda que están realizando los trabajadores, pero también queremos que comprendan el momento tan complejo que vivimos".