El artista Ángel Cerdera es el autor del cartel oficial de esta Semana Santa tan atípica que puede conseguirse hasta el Domingo de Resurrección con LA OPINION-EL CORREO DE ZAMORA. Este zamorano, profesor de Dibujo en Secundaria, es semanasantero desde su niñez, pues creció en las calles por las que transcurre la mayoría de los desfile, y uno de sus abuelos cargó en pasos de Vera Cruz y Santo Entierro e incluso heredó, con "gran orgullo" sus túnicas, atestigua en su confinamiento. Con anterioridad ha llevado a cabo ilustraciones, dibujos y carteles de diversos actos conmemorativos de distintas cofradías a lo que unen dos carteles de la Tertulia del Cofrade.

-El cartel que ha realizado anuncia una Pasión atípica ¿cómo lo está viviendo el artista?

-Todo el mundo esperaba una Semana Santa cada uno con su forma de vivirla y sentirla, pero esta es una situación muy extraña. Hace mes y pico se intuía lo que podía pasar, dado lo que estaba sucediendo en China, pero no nos imaginábamos la magnitud de la pandemia. Es sobrecogedor lo que está aconteciendo, agradezco a todas las personas que están trabajando día a día para que no nos falte de nada y que velan por nuestra salud.

-Su cartel ocupa cristales de comercios, algunos de ellos cerrados, y ahora también durante el confinamiento puebla balcones y ventanas de muchos semanasanteros.

-Desconocía que estuvieran situados en las casas,d dado que hemos tenido que recluirnos yo no he vuelto a pasar por las calles de la ciudad, me limito a hacer la compra una vez a la semana. Espero que mi cartel sirva para alentar a la gente y que sirva de estímulo e ilusión para llevar esta situación tan surrealista de la mejor manera posible, y que a los creyentes les sirva para rezar por la gente que lo está pasando mal, por los enfermos y por los fallecidos.

-¿Por qué eligió la impresionante imagen del Cristo de las Injurias para su propuesta?

-Siempre tuve claro que si en alguna ocasión me llamaban como artista plástico de esta ciudad y profesor de dibujo para realizar el cartel oficial de la Semana Santa la imagen que mejor nos podía representar y donde yo podía plasmar mis sentimientos hacia Zamora y hacia su Semana Santa era este crucificado. Además, para mí representa una imagen de devoción ante la que llevo jurando silencio y acompañando en los desfiles procesionales de la Real Hermanad del Santísimo Cristo de las Injurias y el Viernes Santo por la tarde en la Real Cofradía del Santo Entierro desde hace unos 35 años. Por otra parte, es uno de los mejores cristos renacentistas de toda España y tengo una gran pasión del Renacimiento.

-Ha optado por solo una parte del crucificado. ¿Por qué ese encuadre?

-Lo elegí porque quizá es el que mejor representa la pasión y muerte de Cristo. Estudié un plano general, pero comprobé que quedaba muy pequeña la imagen del crucificado y en un primer plano no representaba las marcas y laceraciones del sufrimiento de Cristo. De ahí la elección de un plano medio donde se aprecian los azotes y las llagas a través de una policromía que acentúa el patetismo. Además, también representa una musculatura muy marcada con el desplome de las extremidades por el peso del cuerpo muerto. El realismo se acentúa con los ojos y la boca entreabierta. Creo que se representa la humanidad con este Cristo hercúleo frente a la divinidad. La imagen tiene un nimbo que simboliza la divina perfección y la divinidad del propio Cristo. He planteado una dualidad entre humanidad y divinidad, perfección anatómica y santidad.

-La elección del color del fondo no es baladí.

-Todo el cuadro es al óleo y el tratamiento del fondo está efectuado a base de veladuras de color rojo cadmio, el tono propio de la Cofradía del Silencio, y también es un color que simboliza la sangre, la fuerza del espíritu santo y alude a la virtud del amor a Dios y también es el color de la liturgia usado en la Pasión del Señor. A mayores, este crucificado durante muchos años en la capilla de San Bernardo de la Catedral tuvo una tela roja detrás. Ese rojo armoniza con los colores de las carnaciones de la piel hechas también a base de veladuras y la propia sangre que fluye por el tórax, el abdomen y el rostro del Cristo. Además, un cartel tiene que ser como un golpe visual que transmita el sentir y el patrimonio de nuestra Semana Santa, llena de austeridad, recogimiento y fervor, y el rojo es uno de los colores que mejor lo resalta.

-De sus palabras se desprende que no ha dejado ningún detalle sin estudiar antes de ejecutar la obra.

-El cartel está muy estudiado. Desde la selección del encuadre, el tratamiento de las veladuras con óleo para imitar a la pintura renacentista, la elección del color de fondo e incluso de la propia cruz en color sepia, pues si utilizaba el negro era demasiado rupturista. Este tono aparece integrado en el cabello la corona y en las sombras que aparecen en el paño de pureza y en las propias sombras proyectadas del Cristo sobre el fondo. En cuanto a la tipografía, tengo que agradecer a Cristina y a Javi de Mynt que me ayudaron a elegirla. Las letras que se utilizan en los carteles Semana Santa son de corte clásico y tradicional y por ella nos decantamos para Semana Santa en esa línea, mientras que la palabra Zamora y 2020 tiene una tipografía más actual. Hemos apostado por un cartel que aúna lo clásico y la modernidad al mismo tiempo. Al público semanasantero, en general, le gusta un cartel de corte clásico y realista y cada artista lo interpreta a su manera y todo es enriquecedor. Creo que en mi propuesta se han aunado que me gusta la pintura realista y el gusto de la mayor parte de los semanasanteros zamoranos.

-¿Qué dificultades tuvo?

-Cuando me lo encargaron sabía que era una tarea de una gran responsabilidad y un gran honor como semanasantero, como zamorano y como devoto del Cristo de las Injurias. Fue un reto y disfruté mucho haciéndolo, sabiendo de la responsabilidad que conlleva porque a través de la imagen eres el embajador de la Semana Santa en todos los rincones a los que llegue. Es importante que quede bien y ya luego como dice el refrán "para gustos, los colores". A la presidenta de la Junta pro Semana Santa, Isabel García Prieto, le pedí que me dejaran libertad para trabajar y quizá la mayor dificultad residió en hacer el cartel en octubre porque no es ni Cuaresma y te tienes que adaptar a esa nueva situación de pintar un cartel de Semana Santa cuando entonces trabajaba en unas series sobre la escuela y sobre el modernismo. Tuve que ambientarme con música polifónica, renacentista, escuché marchas de Semana Santa e incluso puse incienso por el estudio, lo que me ayudó a crear el caldo propio para pintar.