En un Lunes Santo distinto, triste para muchos zamoranos, el tenor Carlos Fernández quiso hacer un homenaje a uno de los momentos más especiales de la Pasión en la ciudad. Aprovechando que su confinamiento domiciliario le ofrece una ventana hacia Santa Lucía, el artista cantó el Jerusalem que este año no pudo sonar durante el transcurso de la procesión de La Buena Muerte, suspendida, como todas, para seguir en la lucha contra el coronavirus.