"Es la ruina total. Nosotros vivimos de la gente, y si nadie puede salir...". El testimonio es conciso, y explica bien la realidad que le está tocando vivir al sector del taxi durante la crisis del coronavirus. Su autor es Jorge Alonso, el portavoz de Autotaxi Zamora, la asociación mayoritaria en la ciudad: "Nosotros seguimos saliendo, porque somos un servicio publico, pero hay días en los que hacemos tres viajes en toda la jornada. Nos la jugamos por quince euros", añade.

De hecho, hay ejemplos peores. Alonso alude a tardes sin ninguna llamada entre las tres y las diez, o a noches apostados en la parada esperando a clientes que nunca llegan: "Damos el callo presencial y rotamos para mantener el turno diurno y nocturno", matiza. La asociación trata de asegurar que un tercio de sus taxistas trabaje, con el fin de atender cualquier imprevisto que se produzca.

En una situación similar se halla TeleTaxi. En el caso de esta asociación, que agrupa a más de un tercio de los taxistas de la ciudad, en torno a un 60% ha decidido quedarse en casa: "Los que estamos trabajamos básicamente para las urgencias. Además, solo podemos llevar a una persona en cada viaje. Es un servicio muy reducido y las ganancias han descendido en un 80%", narra su representante, Javier Ferreras.

El taxista zamorano coincide con su compañero de sector en que "no compensa" mover el vehículo. A la escasa rentabilidad de cada jornada laboral se une también el riesgo de echarse a la calle y de convivir en espacios reducidos con personas desconocidas que, en ocasiones, van o vienen del Hospital Virgen de la Concha. La sombra del contagio siempre está planeando.

De hecho, las medidas de seguridad e higiene son máximas. No solo los conductores portan guantes y mascarilla; también desinfectan el taxi después de cada servicio: "Echamos productos, frotamos con la bayeta, limpiamos las puertas...", enumera Jorge Alonso, que reconoce que, a pesar de todo, no existe el riesgo cero.

En cuanto al perfil de los clientes, tanto Alonso como Ferreras coinciden en señalar a varios colectivos como los más fieles en estas circunstancias: "Es gente que va al hospital, personas mayores que acuden a la compra y algunos servicios más contados para otros que se mueven entre domicilios particulares, normalmente porque atienden a familiares que son mayores", cuenta el representante de TeleTaxi.

Cabe destacar que hay 56 licencias de taxi en la ciudad. Sus trabajadores afrontan ahora un escenario desalentador y plagado de incertidumbre; similar desde el punto de vista económico al de otros sectores que han tenido que frenar toda su actividad: "Ojalá haya algún tipo de ayuda para nosotros, aunque sea quitarnos algunos impuestos. Habrá que intentarlo", subraya Javier Ferreras.

Por su parte, Jorge Alonso también confía en que la Administración les "eche una mano". "No nos salen las cuentas ni para pagar la cuota de autónomo", recalca el representante de Autotaxi Zamora, que pide "la suspensión total" de los cobros, no una moratoria: "Vivimos de esto, y además estamos manteniendo un servicio público. Espero que se acuerden de nosotros porque, de lo contrario, no va a haber cárceles para todos los que vamos a dejar de pagar", concluye.