Las entidades financieras de la provincia de Zamora cerraron el año pasado con una de las mayores diferencias históricas entre depósitos y créditos, con un ahorro neto de más de 2.700 millones de euros, que deberá servir tras la pandemia para reanimar un sistema económico convaleciente.

Los datos del Ejecutivo autonómico sobre créditos y depósitos al cierre del año 2019 ponen de relieve que la inversión crediticia aumentó en este territorio en un 3,9% hasta situarse en los 2.300 millones de euros, mientras que los depósitos también hicieron lo propio en un 2,9% hasta los 5.000 millones. Y es en esta diferencia entre una cantidad y la otra donde se encuentra el optimismo, según los expertos, para poder salir adelante cuando la crisis del coronavirus deje ver el cielo.

Responsables de la Confederación de Organizaciones Empresariales de Castilla y León (Cecale) han remarcado que esta "dura y compleja" crisis del coronavirus, que ha llegado en un contexto de desaceleración, está ocasionando "serios daños" en las empresas que, en su mayor parte, "han tenido que bajar la persiana" o ver "drásticamente recortada su actividad". Esta dramática situación requiere para la patronal "medidas urgentes e innovadoras" que frenen la falta de liquidez de empresas y trabajadores, así como la paralización y ralentización de la actividad, para que se puedan aprovechar todos los recursos financieros disponibles.

Al respecto, los empresarios han exigido, en declaraciones a Ical, que se sigan diseñando más medidas que permitan dar respuesta a un "serio estrechamiento de la liquidez, en paralelo a tener que afrontar pagos de diversa índole, como son los tributarios, de suministros y otros corrientes". Cecale ha urgido también que se adopten medidas que impliquen un mayor aplazamiento en el pago de impuestos, como son las próximas autoliquidaciones, y otras figuras impositivas.

Por ejemplo, el IBI, "al menos durante estas semanas en situación de Estado de Alarma", para evitar que se ahogue a las empresas en la ya "inevitable e iniciada ruptura de la cadena de pago, que es la que viene inyectando liquidez a las empresas, en especial a las pymes y micropymes, que configuran el 99% de la estructura empresarial de Castilla y León".

Un análisis de la evolución de los créditos y los depósitos por provincias, pone de relieve que la inversión crediticia creció menguó en cinco territorios y se elevó en cuatro, mientras que el ahorro sumó en el conjunto. En concreto, los créditos bajaron en Palencia (2.273 millones), un 5,4%; en Segovia (2.478,3), un cinco por ciento; en Ávila (2.157,5), un 2,7%; en León (6.722,5), un 0,8%; y en Salamanca (5.536,7), un 0,5%. En el extremo opuesto, crecieron en Zamora (2.364,9 millones de euros), un 3,9%; en Soria (1.674,7 millones), un 1,8%; en Valladolid (12.508,8), un 1,3%; y en Burgos (7.320), hasta un total del 0,9%.