Desde el pasado domingo, la mayor parte de los ciudadanos ha vivido encerrada en casa. Las salidas desde entonces se han limitado a lo básico: hacer la compra, acudir a por el periódico, pasear sin regodeos al perro o ir a trabajar en los casos en los que es estrictamente necesario. Poco a poco, la rutina del estado de alarma, que se prolongará al menos durante once días más, se va asentando entre los zamoranos que, no obstante, siguen viendo cómo algunos de sus vecinos mantienen actitudes contrarias a las normas marcadas por el Gobierno para frenar al coronavirus.

No en vano, la Policía Municipal de Zamora realizó un total de 34 denuncias durante los dos primeros días del estado de alarma, prácticamente la mitad del total de Castilla y León, donde se tramitaron 70 entre el domingo y el lunes. Entre las conductas que han sido objeto de notificación destacan la recibida por el dueño de un taller mecánico que se negó a cerrar su establecimiento o la formulada contra tres jóvenes que viajaban juntos en un vehículo sin justificación. También han tenido lugar diversas acciones para pedir a algunos ciudadanos que se dirigieran a sus domicilios y respetaran las distancias de seguridad.

Cabe destacar que, de estas denuncias, 26 se tramitaron el lunes, una cantidad que la propia responsable municipal de Seguridad Ciudadana, Concha Rosales, reconoció como "muy elevada". Los datos del martes se conocerán durante esta mañana, aunque todo apunta a que la cifra bajará, a la espera de los últimos detalles del informe.

Esta es la situación en lo que tiene que ver con la Policía Municipal. En lo referente a la Nacional, no hay datos concretos, pero sí han trascendido algunas situaciones que han obligado a actuar a los agentes. De hecho, este martes por la mañana, también en Zamora capital, dos miembros del Cuerpo le dieron el alto a dos jóvenes por acudir juntas a hacer la compra, y tuvieron que intervenir después de que las infractoras se encararan con ellos.

Más allá de estas actuaciones aisladas, los agentes han practicado algunos controles a los ciudadanos que circulaban a pie o en sus vehículos, con el objetivo de estrechar el control para detectar lo que fuentes de la Subdelegación del Gobierno calificaron de conductas de "insolidaridad recurrente". Lo que se pretende transmitir desde el Ejecutivo es que "la protección para uno mismo es protección para todos" y que se debe actuar bajo esa máxima "a pesar del esfuerzo" que supone para los ciudadanos.

Por otro lado, en la línea de trabajo conjunta trazada por las administraciones e impuesta por las circunstancias, este martes se celebró la reunión del Plan de Contingencia del Covid-19, que tendrá lugar diariamente mientras dure la crisis y que cuenta con la participación de diversos responsables técnicos y de los líderes políticos de las principales instituciones de la provincia. Es decir, Ángel Blanco, subdelegado del Gobierno; Clara San Damián, delegada territorial de la Junta de Castilla y León, Francisco José Requejo, presidente de la Diputación; y Francisco Guarido, alcalde de la capital.

Según la nota remitida a los medios tras el encuentro, en estas reuniones se hablará sobre la situación de la provincia ante el avance del coronavirus y se establecerán mecanismos coordinados "para dar respuesta a las necesidades" de la ciudadanía.

Además, en sus declaraciones posteriores a la cita, la delegada de la Junta, Clara San Damián, mandó un mensaje en el que todos los políticos alcanzan la unanimidad: "Es importante que la ciudadanía cumpla con las medidas impuestas, por solidaridad y por responsabilidad".