La veterana actriz Lola Herrera pisa las tablas del Teatro Principal el viernes y el sábado con la función "Cinco horas con Mario"

-De nuevo regresa al papel de Carmen Sotillo que escribiera Miguel Delibes. ¿Qué tiene de especial esta mujer para que vuelva a ella?

-La he interpretado a lo largo de 40 años en cinco ocasiones distintas. La obra, sin duda, es un clásico. Delibes despierta un interés por las calidades inmensas que tiene. Esta obra es un retrato, un documento de nuestra sociedad en los años en los que él escribió la novela y nos trae hasta ahora mismo, pues es reconocible todo lo que se habla en ella. Se habla de todas las cosas que nos atañen a todos los seres humanos, el amor, el desamor, la culpa, la Iglesia, la política, la muerte o la educación. Los temas que abordan suponen la conexión que tiene el público, lo que es alucinante. Yo que he interpretado el papel en distintas etapas. Cuando en 2016 lo retomamos con motivo del 50 aniversario de la novela, no pensé que tuviera lugar esta explosión. Estamos todavía cumpliendo los compromisos que surgieron. Es una maravilla que generaciones nuevas estén descubriendo a Miguel Delibes y se queden tan tocadas.

-Pese a ser un texto que atesora medio siglo ¿sigue vigente?

-Sin duda. Es un clásico contemporáneo que plantea todas las cosas que nos atañen y que conecta directamente con el público. Ahora a ver función vienen tres generaciones juntas. Las mujeres han tenido mucho que ver en ello porque ellas, de alguna manera y por mi experiencia, han transmitido la obra. Miguel Delibes supo hacer un retrato de una mujer determinada. Como hombre, desde la observación, escribió un personaje en el que Josefina Molina y yo, como mujeres, pusimos nuestro granito de arena para dar vida a esta mujer que cada vez interesa a más hombres.

-En este emergente interés ¿ha incidido el cambio que ha experimentado la mujer dentro la sociedad?

-Sí en los últimos años hemos dado pasos de gigante. Carmen Sotillo es de la época en la que la mujer no tenía ningún derecho. Vivía en esa sociedad y además tenía unos padres que estaban encantados con las normas establecidas e incluso su madre le aconsejaba cosas que no iban en su beneficio, con lo que quiero decir que además de ser fundamental la sociedad en la que crezcas depende mucho en qué hogar apareces, quiénes son tus padres y qué te inculcan. Carmen, en este sentido, es el resultado de todo lo que se ha encontrado desde que la trabajaron al mundo.

-Desde su punto de vista la Carmen que interpreta ¿tiene cabida en nuestra sociedad?

-El marco es distinto. Ahora tenemos derechos y leyes que nos amparan, no lo suficiente, pero hemos dado pasos. Ahora hay un partido político con mujeres que quieren suprimir leyes que van contra nosotras, lo que significa desarrollar un trabajo en contra de las propias mujeres. Me asombra que alguien trabaje contra sí mismo, pues se trata de derechos que se lucharon mucho y detrás de ellos hay millones de mujeres que han peleado antes de nosotras y que han padecido mucho. Además, ahora mismo, hay millones de féminas que no tienen ningún derecho en el mundo. Ser mujer en el mundo actual te obliga a no distraerte de lo conseguido y batallar por todas.

-En cinco ocasiones se ha aproximado a este personaje, cinco ocasiones en las que Lola Herrera no era la misma. ¿Cómo se regresa a ella y se afronta el papel?

-Es un reto interpretativo porque siendo la misma Carmen son distintas. Yo he vivido una serie de cosas como mujer y como ser humano que hacen que la interprete y esa amplitud de conocimiento también está en el público que va a ver la función. Este personaje es de una gran riqueza, Miguel escribió un personaje lleno de puertas y de pasadizos, por lo que puedes hacer recorridos maravillosos y que estoy disfrutando mucho. Desde mi punto de vista la adaptación está en la esencia, en un punto de jugar a la economía en todo pero muy directo. Me siento muy bien haciéndola. Nunca me hubiera imaginado a estas alturas de mi vida seguir haciendo a Carmen Sotillo, pero creo que si no me hubiera atrevido me hubiera perdido una experiencia maravillosa.

-¿Ha sido y es decidida a la hora de encarar nuevos retos?

-Siempre que he podido, pues no todos los días te llegan ocasiones. Siempre que la vida me ha brindado una oportunidad, he ido a por ello sabiendo el riesgo que supone. No hay que tener miedo a un fracaso porque no te hunde la vida si tu no quieres. Los reveses por equivocarte de obra son cosas muy normales. En el teatro es muy difícil acertar porque hasta que no se abre el melón y lo compartes con el público realmente no sabes muy bien si se podrá compartir plenamente con el espectador.

-¿Actualmente es más complicado conseguir esa conexión?

-Sí, porque hay tantísimas cosas y hay personas que no tienen nada para vender, pero abren un puesto y ofertan. Existe una confusión porque se están debilitando todas las profesiones, pues todo vale. Existe un bajón de profesionalidad en todos los ámbitos. En mi opinión, la palabra profesionalidad hasta está en desuso. Las tarjetas de presentación han cambiado incluso valen ya los amigos que tengas en las redes sociales como incentivo para contrataciones, lo que tiene que ver más bien poco con el trabajo que desarrolles. Tu trabajo tiene que hablar por ti en el campo que sea, con una exigencia de hacerlo siempre lo mejor posible y un ansia de superación. Yo, en este sentido, soy insaciable. Pido a los demás algo que para mí es normal y bastante positivo para la propia persona, pues los resultados siempre son positivos.

-La obra que ahora representa en Zamora la recuperaron con motivo del 50 aniversario de la novela. Este año se celebra el centenario del nacimiento del escritor vallisoletano. ¿Tiene algún proyecto con motivo de la efeméride?

-Sé que tengo una entrevista en la Biblioteca Nacional con José Sacristán como homenaje a Miguel Delibes, dentro de unos meses, y me pidieron que escribiera algo sobre él. No soy escritora y me dio cierto pudor, pero algo he preparado para un libro de homenaje. Sé que en Valladolid han preparado actividades, pero yo no estoy implicada. Hasta final de año tenemos un buen recorrido con "Cinco horas con Mario" que volverá a Madrid, Valencia o Barcelona.