"Siempre le ha gustado la procesión. No se va hasta que no pasan los tambores de cierre". Es la madre de Eva Prieto Melero, una pequeña de cinco años que formaba parte del grupo de 175 féminas que hizo realidad la entrada de la mujer en una de las cofradías que más se resistía al cambio, la Hermandad de la Tercera Caída.

Una larga fila se organizó en la iglesia para ir entrando en el despacho donde los directivos iban comprobando los datos de los nuevos hermanos de la cofradía, 175 mujeres que estaban haciendo historia y 68 hombres que desfilarán este año por primera vez. Más de sesenta de estos nuevos hermanos son niños y niñas, menores de cinco años.

El presidente, Jose Fernández Nieto, fue el encargado de dar la bienvenida a los nuevos hermanos en un templo abarrotado y tras unas breves palabras del capellán comenzó la ceremonia de entrega de los medallones, muy especial para muchas de estas personas, que estaban esperando desde hace tiempo.

Muchas de las nuevas hermanas son familiares de cofrades del Lunes por la tarde, como Montse Mezquita quien confiesa que "tenía muchas ganas de salir. Ha costado porque estaban un poco reacios a la entrada de la mujer". En otros casos lo de apuntarse a la cofradía es, simplemente, "porque nos gusta esta procesión", caso de Montse y Eva Espinosa, de Villalazán y de Vicente, de Casaseca de las Chanas.

Familiares y amigos acompañaron a los nuevos cofrades en un día que pasará a la historia de la Tercera Caída y la Semana Santa de Zamora.