"Tabaquismo, una enfermedad de la sociedad actual" fue el título de la última charla del ciclo CulturAlcampus, impartida por el enfermero de la unidad antitabáquica del centro de salud Virgen de la Concha José Ángel Sánchez Cerezal, firme defensor de las bondades del nuevo programa del abordaje del tabaquismo del Sacyl para lograr el objetivo del paciente de olvidarse del cigarrillo para siempre.

¿Cómo hay que abordar el problema del tabaquismo?

Como lo que es, una enfermedad crónica, adictiva y recidivante. Así está descrita por la OMS en 1997 y no tomamos conciencia de ellos. En España mueren al día 142 personas relacionadas con el tabaco y son muchas comparada con la publicidad que se le da, por ejemplo, a los accidentes de tráfico.

¿La gente todavía no lo considera una enfermedad?

No la reconoce como una enfermedad crónica, que es lo que es. Si no, la gente lo podría dejar. El nuevo programa de abordaje del tabaquismo del Sacyl está diseñado para ello. Además, con la nueva financiación de los tratamientos que ha empezado este año para dejar de fumar la perspectiva del tabaco para el profesional sanitario ha cambiado. Antes éramos nosotros los que abordábamos al paciente, animándole a dejar de fumar en una consulta o en un momento determinado, pero ahora es el paciente el que aborda al profesional para dejar de fumar. La situación ha cambiado y queremos enseñar que hay alternativas y tratamientos, ya que dejar de fumar sin ayuda es muy complicado.

¿En qué sentido?

El tratamiento es efectivo, pero siempre tiene que ir acompañado de un apoyo psicológico, porque el paciente necesita que le escuchen y la sociedad no está acostumbrada a hacerlo, a veces, ni siquiera la propia pareja. La importancia del tratamiento farmacológico es mucha, como también el hecho de acudir a una consulta como la que tengo en el centro de salud Virgen de la Concha, para que un profesional guíe y ayude a hacer frente a las vicisitudes que se presentan cuando estás en un proceso de abandono.

¿Con qué tipo de pacientes trata en el día a día?

El paciente adulto, desde los 30 y hasta los 65 años, es el que acude a la consulta, lo que no quiere decir que los jóvenes no fumen, pero no consultan porque su salud no se ha visto todavía afectada. Pero cuando te empiezas a cansar al subir a un tercer piso es cuando se da el paso. El joven fuma mucho y con nuevas formas, como el cigarrillo electrónico, lo que va a ser un problema de aquí a un corto periodo de tiempo. En definitiva, el 80% de los pacientes son adultos y suelen venir, por ejemplo, alguna embarazada, por su situación.

¿Es más habitual atender a hombres o a mujeres?

A este respecto, las estadísticas se están invirtiendo. Desde que empecé en 2011 en la consulta, siempre han estado muy igualados, pero siempre en un 56 a 44% a favor de los hombres. En la actualidad fuman más las mujeres, que se incorporaron un poco más tarde al mundo de tabaco. Y se están viendo las consecuencias hasta el punto de que el cáncer de pulmón está en la mujer tan presente como el de mama, lo que es un dato terrorífico, porque este segundo se cura, pero el de pulmón no tanto.

¿Cómo es posible que las tasas de fumadores sigan al alza a pesar de las campañas informativas?

No lo sé, pero hay que tener en cuenta que la industria del tabaco tiene mucho poder en la sociedad, aunque ya no debería ser habitual ver fumar a la gente por la calle. Las medidas que se tomaron, como la ley antitabaco de 2008, tuvieron efecto en su día con un descenso en el número de fumadores, pero ahora se ha relajado mucho. Por otra parte, la industria del tabaco se reinventa con el cigarrillo electrónico, en diferentes tipos e incluso sin echar humo. Aparte, el tabaco sigue siendo una sustancia legal que se puede adquirir fácilmente en los estancos. La gente puede acceder a ella en cualquier momento, no como otra droga. Está a la mano, como ocurre con el alcohol.

¿Con qué medidas se está tratando de atajar?

Desde el punto de vista sanitario se está haciendo frente y un paso importantísimo es que en este 2020 se haya empezado con la financiación para poder así llegar a más gente, aquellos que no podía permitirse el coste de tratamiento anteriormente. Esperemos que dentro de un año se puedan ver los resultados de esta medida.

¿Con qué actitud debe ir un paciente a una consulta para dejar de fumar?

Siempre he pensado que para dejar de fumar tienes que tener un grado de motivación. De hecho, para poder optar al tratamiento, el Ministerio de Sanidad hace cumplir unos requisitos: fumar más de diez cigarrillos al día, someterse a un test que mide la dependencia ty arrojar un resultado mayor de 7, es decir, bastante dependiente, y, muy importante, haber hecho un intento previo para dejar de fumar. Eso querrá decir que estamos ante una persona motivada o que, por lo menos, lo ha estado en el último año. Aparte de esta teoría, a la persona se le nota la actitud al llegar a la consulta, porque además ya ha pasado la criba del médico de cabecera y viene motivada, sabiendo que ya se ha metido en la ruleta. Sabemos que es costoso dejar de fumar desde el punto de vista anímico, sobre todo, pero solo tiene ventajas y ningún inconveniente.