La directiva de la Cofradía de Jesús Nazareno estudia volver a la antigua reverencia de las Tres Cruces, es decir, que sean los pasos los que se acerquen a la Virgen de la Soledad y se inclinen ante ella al pasar, como se hacía hasta el año 1985, cuando se cambió a la modalidad actual, que es justo lo contrario, la imagen mariana camina por la avenida y los grupos escultóricos la saludan cuando pasa delante de ellos.

Así lo dijo el presidente, José Ignacio Calvo Bartolomé, en el turno de ruegos y preguntas de la asamblea de Jesús Nazareno, celebrada en el Teatro Ramos Carrión, en respuesta a la intervención de un hermano que documentó extensamente la petición de la vuelta a un acto que considera mucho más emotivo y especial que el que se hace ahora, además de concordar más con los preceptos católicos.

Fue, por fin, una asamblea sin sobresaltos después de las movidas reuniones que se vivieron en la etapa final con Miguel Ángel Hernández Blanco como presidente y en este inicio de la de José Ignacio Calvo, que alcanzaron su clímax el pasado año, después de que varios hermanos llegaran a las manos, lo que ha dado lugar a un proceso de expulsión de dos cargadores de Jesús Camino del Calvario (Cinco de Copas) que sigue en "stand by", a la espera de la decisión de los tribunales eclesiásticos que de momento dejaron en suspenso las sanciones.

La gran novedad de ese año afecta a la salida de la procesión de La Soledad, el Sábado Santo, que concentrará a todas las hermanas en la plaza de Viriato, con acceso por las calles laterales, con el fin de organizar la procesión desde la calle Ramos Carrión, con dos filas dobles y salir ya organizadas desde el punto oficial frente a la iglesia de San Juan.

Este año es obligatorio el nuevo cordón morado para la medalla, que se puede obtener gratuitamente a cambio de la antigua cadena en la sede de la hermandad de la calle Viriato. Una hermana preguntó por qué se obliga a las hermanas a salir con guantes cuando no pone nada en los estatutos, mientras la directiva adujo un acuerdo asambleario que tiene como finalidad fundamental la uniformidad, ya que las uñas pintadas de distintos colores no resultaba demasiado estética.

Entre los proyectos figuran los cambios en la imagen de Jesús Nazareno, obra de Antonio Pedrero, que afectan tanto al cambio de suelo como a la mano derecha, que se ha girado ligeramente para que adopte una posición más "plana" y la nueva corona, que será la antigua de La Caída pero sin potencias.

Un hermano preguntó por qué si se aprobó en asamblea retirar la figura del cobrador se había adoptado de nuevo. La directiva explicó que había una gran deuda de 1.800 hermanos con cuotas pendientes por valor de 29.000 euros que ni domiciliaban los recibos, ni pasaban por la sede a pagar ni utilizaban la posibilidad de hacerlo por la página web. La labor del cobrador ha logrado recuperar más de 25.000 euros además de realizar una importante labor en la actualización de direcciones de hermanos.