Durante los primeros años, hasta 250 invitados se desplazaban hasta La Encarnación para degustar una cena fría durante la noche del Jueves Santo. A partir de las diez de la noche, los asistentes acudían a la Diputación Provincial y, ya pasada la medianoche, las diferentes personalidades se ubicaban en los pisos superiores del edificio para ver la procesión del Yacente y escuchar el cántico del Miserere. En los últimos años, a este protocolo se añadió una presentación sobre turismo y Alimentos de Zamora.