Los niños y adolescentes de Zamora tienen una valoración "optimista" del entorno en el que residen, como demuestra el estudio sociológico analizado por este diario. "Se valora la tranquilidad, la seguridad y otras experiencias que, en muchas ocasiones, pasan desapercibidas para otros sectores de la población, tales como los paseos por el río, la belleza del casco antiguo y, de modo particular, la libertad".

El estudio asegura que el aburrimiento que alegan algunos jóvenes "se enmarca en una tendencia documentada de aburrimiento activo y pasivo impulsado por la relación con las nuevas tecnologías y con el cambio social veloz como telón de fondo".

La infancia en Zamora "es consciente de un incremento del individualismo por el exceso de uso de las nuevas tecnologías y las polémicas que mantienen, en muchos casos, con sus progenitores por el uso de las mismas. Ello incide en una transformación de las relaciones sociales, convirtiéndose en más virtuales que interpersonales". Por consecuencia, el ocio conjunto "disminuye considerablemente excepto en los barrios de la ciudad donde existen espacios, jardines o patios comunes en los que los niños puedan reunirse para compartir experiencias".

En definitiva, el uso del tiempo libre viene muy marcado por los recursos familiares y comunitarios disponibles por parte de los niños. Así, los chavales echan en falta un salón recreativo o similar en el que reunirse y, por ejemplo, más piscinas climatizadas para el invierno. "Hay bares para adultos, pero no hay nada para nosotros" es una frase repetida varias veces, aseguran los impulsores del estudio, José Manuel del Barrio y Antonia Picornell.